Ello implica el cumplimiento obligatorio de la legislación nacional e internacional en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos, así como cualquier otra acción voluntaria que la empresa quiera emprender para mejorar la calidad de vida de sus empleados, las comunidades en las que opera y de la sociedad en su conjunto. Así es como la definen desde el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa español, en el que participan un conjunto de organizaciones representativas de la sociedad civil: ONGs, sindicatos, universidades, etc.
Desde un punto de vista histórico, los inicios de la RSC se sitúan en el siglo XIX, cuando algunos empresarios europeos y norteamericanos empezaron a preocuparse por la vivienda y el bienestar de sus empleados, aunque no se empieza a usar el término hasta mediado el siglo XX. Su desarrollo experimentó un fuerte impulso en los 90, cuan do la Comisión Europea utilizó este concepto para implicar a los empresarios en una estrategia de empleo que generase mayor cohesión social. La propia Comisión Europea presentó a finales de 2011 una comunicación sobre responsabilidad social de las empresas, que definió como “la responsabilidad de las empresas por su impacto en la sociedad”. En esa comunicación se incluían sugerencias para las empresas y los Estados miembros, entre las que se encontraba la recomendación a las empresas para que se comprometieran a tomar en consideración al menos uno de los siguientes conjuntos de principios y directrices para elaborar su planteamiento sobre la RSE: el Pacto Mundial de Naciones Unidas, las Líneas Directrices de la OCDE o la norma guía ISO 26000 sobre responsabilidad social.
Por otra parte, la UE ha editado recientemente una guía sobre Responsabilidad Social y Corporativa para las pequeñas y medianas empresas, que lleva por título “Consejos para asesores. Responsabilidad social para las pequeñas y medianas empresas”. Con una versión en español, en la misma se ponen ejemplos de buenas prácticas de toda Europa, y se hacen recomendaciones específicas sobre el trato a los clientes, la creación de una cadena de valor sostenible y la transparencia, además de incluir el procedimiento para desarrollar un plan de RSE.