
Desde la aparición de plataformas comerciales como Temu, Shein y otros similares, ofreciendo productos muy económicos fabricados con una calidad cada vez mejor, en muchos casos, el número de ventas anuales ha crecido de forma exponencial. ¿Quiénes son los responsables de ese cambio revolucionario? ¿Tiene la culpa el comprador? ¿Por qué hay cada vez menos productos fabricados en los países europeos?
Servidores informáticos en España
Contar con un servidor profesional de almacenamiento de datos es una ventaja para cualquier empresa porque su web está almacenada en un lugar seguro al que sus clientes pueden acceder las 24 horas del día. Además, ofrecen protección profesional y se realizan copias diariamente.
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Comprar en Europa productos chinos
Si uno entra en la plataforma Temu o Shein encuentra una gran cantidad de productos a precios difíciles de creer. Todo tipo de productos que se podrían adquirir en internet a través de Amazon, por ejemplo, es posible adquirirlos a la cuarta parte de su precio y en una calidad nada despreciable.
Eso sí, los productos electrónicos y los juguetes todavía no han aprobado, en muchos casos, la asignatura de la calidad. Sin embargo, productos de decoración y ropa, no están nada mal. La única desventaja es el poliéster y el elastano, que son las telas utilizadas para fabricar la ropa. Ya no hace invertir ni 20 euros en un vestido bien confeccionado, con variedad de tallas y a precios muy bajos, o, en otras palabras, a la mitad de lo que costaría en cualquier marketplace.
¿De quién es la culpa del crecimiento de la economía china?
Posiblemente, es un pez que se muerde la cola. Pero, seguramente que el abaratamiento de la mano de obra tiene mucho que ver. El secreto de plataformas comerciales como Temu o Shein es la fabricación en masa y la exención de impuestos fiscales. Eso hace posible comprar tan barato.
A millones de compradores europeos no les importa esperar casi un mes de transporte para recibir un pedido de China si el coste va a ser una cuarta parte de lo que les costaría comprar en Europa, o en un revendedor. El comprador se encuentra en medio de todo porque, por un lado, no encuentra su producto en su país, y por otro, a su pesar, tiene que pedirlo en China y en el fondo siente tener que comprar en países donde los derechos humanos no existen.



































