Esto es especialmente claro en el ámbito de los servicios financieros: la idea original de los “pro brexit” era convertir el Reino Unido en la Singapur o la Hong Kong de Europa, con regulaciones más laxas y que permitan a las empresas que se instalen allí tener ventajas competitivas y acceder al Mercado Único, en desventaja al bloque europeo. Ni Michel Barnier, el negociador jefe de la Unión Europea, ni el resto de la Unión, están dispuestos a permitir al Reino Unido tener un acuerdo a la carta sobre el que construir un marco legal de competencia desleal contra el Mercado Unido y la Unión Europea.
Una de las cuestiones que más preocupan en la Comisión Europea es la insistencia del Gobierno británico en negarse a solicitar oficialmente una extensión del período de transición que, si no se produce ningún cambio, finalizará el 31 de diciembre de este año. En el caso de que esto llegara a suceder, el Reino Unido se convertiría para la Unión Europea en un tercer Estado, y sus relaciones comerciales se verían regidas por los preceptos de la Organización Mundial del Comercio. Por supuesto, este tipo de escenario no es del agrado e interés de ninguna de las dos partes, y, por tanto, ambos acordaron en la reunión que se requería un nuevo impulso para evitar este indeseable escenario.
Desde el punto de vista del procedimiento, cuanto más tarde en adoptarse un acuerdo, menos tiempo de procedimiento para adoptarse habrá en el Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales. Estos pueden ser problemático, porque si no se alarga el periodo de transición, aunque se alcance un acuerdo antes del fin del mencionado periodo de transición, podría haber mucha incertidumbre y confusión hasta que se tramite el acuerdo adoptado.
Posible acuerdo, según el Reino Unido
Después de las conversaciones, el primer ministro británico Boris Johnson aseguró que las dos partes no están tan separadas y que es posible llegar a un acuerdo en las próximas seis semanas, pero fuentes de la Unión Europea confirman que esto no se discutió durante la reunión. Lo que es más desconcertante es que las dos partes ya acordaron las fechas de negociación para agosto y algunos expertos vieron la declaración del primer ministro hecha, en gran medida, para apaciguar a la población del Reino Unido.
Varios eurodiputados advirtieron de que el Parlamento Europeo no va respaldar un acuerdo con el Reino Unido a cualquier precio, y subrayaron que ambas partes deben apegarse a la Declaración Política. Nicu Ștefănuță, eurodiputado del grupo Renew (antiguo ALDE), hablando en nombre de la Comisión de Presupuestos del Parlamento, ha declarado que la Unión Europea debe proteger los mejores intereses de sus ciudadanos y empresas, y no puede permitir al Reino Unido tener una relación a la carta eligiendo qué partes le gustan y mantiene y qué partes no en el futuro acuerdo con la Uniòn Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que estaba contenta por la unidad que todas las instituciones han demostrado y el apoyo del Parlamento Europeo. Afirmó, además, que la Unión Europea está lista para ser creativa para encontrar un terreno común, pero que la integridad de la Unión no estará en riesgo.
Recomendaciones en materia de transporte por carretera
Reitera que todo acuerdo sobre el transporte de mercancías por carretera debe ser parte integrante de un acuerdo de libre comercio de alcance amplio. Señala que el marco actual de la Conferencia Europea de Ministros de Transportes, que se basa en un número limitado de permisos, no es adecuado para las relaciones entre la Unión y el Reino Unido, dada la magnitud del transporte de mercancías por carretera entre la UE-27 y el Reino Unido. Asimisno, destaca, en este sentido, que deben adoptarse medidas adecuadas con el fin de evitar amenazas para el orden público y perturbaciones en la circulación de los transportistas tanto de mercancías por carretera como de viajeros en autocares y autobuses. Además, subraya la importancia de mejorar las rutas marítimas directas de Irlanda al continente, reduciendo así la dependencia del puente terrestre del Reino Unido.
La Unión Europea destaca que no se puede conceder a los transportistas de mercancías británicos el mismo nivel de derechos y ventajas que a los transportistas de mercancías de la Unión cuando se trata de operaciones de transporte de mercancías por carretera. Considera que la asociación prevista debe incluir el derecho de tránsito para recorridos con y sin carga desde el territorio de una parte hasta el territorio de esa misma parte a través del territorio de la otra parte.
Por último, considera que la asociación prevista debe incluir condiciones equitativas en los ámbitos del trabajo, el tiempo de conducción y de descanso, el desplazamiento de los conductores, los tacógrafos, el peso y las dimensiones de los vehículos, el transporte combinado y la formación del personal, así como disposiciones específicas para garantizar un nivel comparable de protección con relación a los operadores y los conductores.