
Joven en edad, pero gran conocedor del sector en la región, esta es la segunda legislatura que ocupa el cargo de consejero de Fomento del Gobierno castellanomanchego. Ignacio Hernando explica las políticas de transporte que está llevando a cabo la Administración regional, con los fondos Next Generation como trasfondo.
¿Cómo se están utilizando los fondos Next Generation en Castilla-La Mancha?
“El elemento central de los Fondos de Recuperación Next Generation es el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y surgieron en su momento por el drama humano-sanitario que vivimos con el Covid y que además afectó sobremanera al ámbito económico. Es decir, teníamos que atacar el problema desde dos puntos de vista: acabar con el virus cuanto antes y a la vez poder sujetar la economía. En definitiva, con estos fondos europeos no ya solo se trataba de recuperar lo perdido, sino de mejorar lo que ya existía”.
“De ahí que sobre todo en materia de transporte lo que queríamos era mejorar las infraestructuras que nos iban a permitir ser más competitivos, digitalizar el mundo del transporte y hacer un planteamiento de cómo íbamos a ayudar a las empresas de transporte a renovar sus flotas a través del achatarramiento para que fuesen menos contaminantes. En este sentido hemos recibido unos 80 millones de euros, fondos que ya tenemos comprometidos al 100%. La demanda ha sido tal que hemos solicitado al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible fondos adicionales que no se hayan gastado en otras Comunidades Autónomas para la renovación de flotas, concediéndosenos una ampliación de cuatro millones de euros hasta llegar prácticamente a los 40 millones de euros en esta partida. El resto, otros 40, han sido para la mejora de las infraestructuras y unos cinco millones para la digitalización aludida”.
“Otra cosa es la apuesta por la electromovilidad, algo que, a día de hoy, en el caso del transporte pesado, no es viable. Se trata en líneas generales de que haya una transición ecológica (ahí están los biocombustibles) y no una revolución ecológica, y en dicha transición cabemos todos. Es cierto que hay que ser más verdes y sostenibles, pues la alternativa es ser insostenibles, pero las cosas llevan un proceso que en ningún caso tiene que ser doloroso para los más desfavorecidos”.
Todo lo que hemos hecho desde el Gobierno de Castilla La-Mancha en gestión de los fondos Next Generation ha sido con absoluta transparencia
¿Qué impacto han tenido estos fondos en la economía y el empleo en la región?
“Con el dinero que hemos puesto en marcha hemos conseguido, solamente con las grandes obras que estamos llevando a cabo y con lo que tiene que ver con la renovación de flotas a través del achatarramiento, crear unos 1.000 empleos directos y otros 3.000 indirectos”.
“Se ha visto como el MRR nos ha servido para ‘sujetar’ en un momento dado y para avanzar mucho más de lo que pensábamos. Y en el caso del empleo en Castilla La-Mancha se está notando; de hecho, estamos en cifras récord”.
¿Cómo se asegura la transparencia y la eficiencia en la gestión de estos fondos?
“Todo lo que hemos hecho desde el Gobierno de Castilla La-Mancha en cuanto a la gestión de los fondos ha sido con absoluta transparencia, incluso a la hora de gestionarlos con terceras instituciones como puedan ser los ayuntamientos”.
“Podemos estar muy orgullosos de la gestión que hemos realizado en todo momento, y además hemos tenido un refuerzo notable por parte de la Unión Europea de mecanismos de control. Es decir, el dinero ha llegado adonde ha tenido que hacerlo, a las empresas y a las familias”.
¿Cómo se están abordando las necesidades específicas de las áreas más afectadas por desastres naturales, como la DANA con estos fondos?
“Si bien nada es comparable a lo sucedido en Valencia, en nuestra región, concretamente en Letur (Albacete) y en Mira (Cuenca), hemos tenido siete fallecidos. Nosotros intentamos gestionar la situación de la manera más rápida posible; y es que el barro estaba para limpiarlo, no para lanzárselo a nadie”.
“Así, desde el primer momento establecimos dos oficinas de atención a las familias, de manera que en menos de una semana ya habíamos atendido a las 400 afectadas. Hemos podido destinar ayudas de emergencia, a empresas y a autónomos que están todas pagadas. O sea, que ya ha llegado el dinero; incluso ya casi se han resuelto las solicitudes de compensación por los fallecidos".
Además hemos ya licitado obras de emergencia por valor de 19 millones de euros, abordando dos planes de recuperación y mejora tanto en el Letur como en Mira de la mano de todas las administraciones
Y a partir de aquí, ¿cuál es el camino a seguir?
“Creo que tiene que haber una continuidad en lo ya realizado. La UE no debería esperar a 2026 a reactivar los fondos, convocatorias y todo tipo de ayudas a través de los Ministerios y las Comunidades Autónomas para seguir avanzando en políticas de transporte y también a nivel general”.
Desde el punto de vista de las infraestructuras en la región, ¿queda mucho por hacer?
“Si que queda mucho por hacer, pero es cierto que muchas de las obras que están por realizarse son competencia del Estado, tanto en lo que se refiere al transporte por carretera como de ferrocarril”.
“Como muestra, Albacete y Cuenca, ni Toledo ni Ciudad Real, tienen una conexión directa por autovía. Además, tenemos que resolver el proyecto de la A-40 desde Maqueda que llega finalmente a Tarancón a su paso por Toledo, que a todos los efectos es una especie de M-80 industrial de Madrid, porque la capital de España necesita ya incluso sacar el tráfico pesado hasta de la M-50”.
“También nos faltan muchas vías de comunicación transversales que fundamentalmente conecten el Atlántico con el Mediterráneo, de ahí que reivindiquemos la A-43 en su paso por Puertollano y por Almadén llegando a Badajoz que nos permitiría conectar el puerto de Sines (Portugal) con Valencia”.
“Al final, el dinero público en materia de inversiones en infraestructuras apalanca muchísimo dinero privado, y no gastarte 1.000 millones en un momento dado a lo mejor supone perder 10.000 millones. Una cosa tiene que quedar claro, en cualquier caso, y es que en un espíritu de redistribución de la riqueza tenemos que pensar que el oeste peninsular tiene que converger con el este peninsular”.
Me siento muy cercano a los planteamientos de asociaciones como FETCAM y además creo que han gestionado muy bien todas las crisis a las que han tenido que hacer frente
Una de las grandes reivindicaciones del sector del transporte de mercancías por carretera es el desarrollo de una red de áreas de estacionamiento seguro y protegido (AESPs). ¿Qué se está haciendo en Castilla La-Mancha al respecto?
“Nosotros con la Federación de Empresarios de Transporte de Mercancías de Castilla-La Mancha (FETCAM) hemos desarrollado un mapa de necesidades de zonas ‘calientes’, en las que entendemos sería necesario que se pusieran en marcha estas áreas y que a su vez fueran rentables. Con estos condicionantes pensamos que para que todo ello se lleve a cabo debería haber una colaboración público-privada, es decir, un diseño público o institucional pero de gestión privada al servicio de los transportistas. De hecho, estamos hablando con algunas empresas que han estudiado algunas localizaciones para hacer realidad todo ello”.
De la mano con FETCAM
Para llevar a buen puerto las políticas de transporte que cada región pone en marcha resulta imprescindible que tanto el Gobierno autonómico como el sector vayan de la mano y eso es algo que tiene perfectamente claro Ignacio Hernando.
“La verdad es que resulta vital trabajar de forma conjunta. En este sentido, tengo que reconocer que tenemos una muy buena relación tanto con los responsables provinciales desde el punto de vista sectorial como con la patronal regional, concretamente con FETCAM, que preside Carlos Marín. El calibre humano de todos ellos es muy destacable, además de una profesionalidad contrastada”, explica.
Es digno de admirar, prosigue, “el trabajo que tuvieron que realizar durante el Covid, algo que valoro mucho, pues lo gestionaron muy bien y eso es algo que hay que tener siempre en cuenta; es realmente admirable”.
Además, “me siento muy cercano a los planteamientos de asociaciones como FETCAM, pero más allá de estos, hay que decir que han gestionado muy bien todas las crisis a las que han tenido que hacer frente, no ya solo la sanitaria, sino también la derivada de la guerra de Ucrania y todo lo que supuso para los transportistas el problema energético”, concluye.