REVISTA TRANSPORTE PROFESIONAL
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Desgraciadamente, el año 2024 no terminó como esperábamos. La terrible DANA de la que nos hicimos eco desde estas mismas páginas, con las consecuencias por todos conocidas, trajo destrucción y desolación. Toca ahora la reconstrucción, si bien los que no están ya no van a volver y eso siempre quedará en nuestras memorias.
Por delante queda un arduo camino, y pasarán meses hasta que todo vuelva a su cauce, si es que alguna vez lo hace. Desde el Gobierno se ha puesto en marcha una serie de medidas económicas para que todos los damnificados puedan recuperar en la medida de lo posible gran parte de lo perdido.
Y eso también debería incluir a las empresas de transporte de mercancías por carretera, que según las primeras estimaciones ha afectado al 50% de las compañías valencianas del sector con pérdidas millonarias. Ocurre que las ayudas aprobadas por el Consejo de Ministros no comprenden partidas presupuestarias específicas para sufragar el impacto de la DANA sobre el transporte y los camiones.
Según la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET) cientos de vehículos han quedado para chatarra y por lo tanto son irrecuperables, a los que hay que sumar otros miles que tienen afección parcial y están inutilizados en el corto plazo para poder ponerse en marcha, considerando que están pendientes de valoración y reparación.
Y si bien desde la Administración se ha activado el Plan Reinicia Auto+, que comprende un programa de renovación y compra de vehículos, tanto de particulares como de autónomos o empresas, llega el momento de reclamar a las aseguradoras o al Consorcio de Compensación de Seguros todo lo que se pueda recuperar, con todo lo que ello implica.
Sea como fuere, lo que está claro es que sin ayudas directas al transporte de mercancías por carretera le va a resultar muy complicado ponerse en marcha y fortalecer el tejido empresarial a nivel sectorial.
Confiemos, en cualquier caso, que la actividad retome la marcha en unas condiciones óptimas de funcionamiento más pronto que tarde
En otro orden de cosas, en el ejercicio recién terminado no se han producido avances significativos en cuanto a las políticas de transporte se refiere; más bien, al contrario, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha pecado de cierta inacción, más preocupado por potenciar el ferrocarril.
Y a pesar de que la demanda de transporte fue alta, seguimos sin avanzar en los grandes temas que preocupan al sector. Podemos enumerar una larga lista de asuntos pendientes que ustedes ya se saben de memoria: mejora de la Ley de la Cadena del Transporte y todo lo relacionado con la subcontratación, falta de conductores profesionales en el transporte, la descarbonización, la digitalización, asuntos fiscales y así un largo etcétera.
Desde el punto de vista laboral, más de lo mismo; el III Acuerdo General sigue estancado, y no será porque la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) no haya puesto empeño en las negociaciones para que saliese adelante durante el pasado año.
También en las últimas semanas de 2024 nos encontramos con una posible huelga por la jubilación anticipada pedida por los sindicatos con la aplicación de coeficientes reductores para los conductores profesionales en su trasfondo. Ahí nuestra Confederación negoció con las centrales sindicales y alcanzó un acuerdo beneficioso para ambas partes que, ojo, todavía tiene que ser refrendado por el Gobierno.
Por si ello fuera poco, el Ministerio de Trabajo firmó unos días antes de terminar el año con CCOO y UGT -y sin la participación de la patronal- la reducción de la jornada laboral a las 37,5 horas, una decisión que todavía tiene que salvar el trámite parlamentario, por lo que no sabemos cómo va a ser su tramitación y cómo va a afectar a las empresas.
Llegados a este punto solo me queda felicitarles el año 2025 -sí, el de la llegada de las 44 toneladas- y que todos ustedes sean lo más felices posible. Espero que el trabajo y la salud no les falte a ninguno.