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Sábado, 11 Enero 2025

    María Fernanda Martínez Sierra

    El diálogo entre el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) con las principales organizaciones de empresas cargadoras, Aecoc, Transprime y Aeutransmer, atraviesa un momento crucial.

    La falta de actividad, unida al constante incremento de costes, urge a alcanzar cuanto antes el máximo nivel de entendimiento entre transportistas y cargadores, para lo que se ha iniciado una serie de reuniones cuyo objetivo es identificar las dificultades que atraviesa el sector y las posibles soluciones.

    Entre los principales problemas, transportistas y clientes han definido los referentes a la dilación de los plazos de pago, la morosidad, la aplicación de la cláusula automática de revisión de precios en función de la evolución del precio del gasóleo, la limitación y control de la cadena de subcontratación y el desequilibrio en materia de precios.

    Tanto cargadores como empresarios del transporte han manifestado su interés por acercar posturas para promover la productividad del sector del transporte. El máximo interés de ambos se centra ahora en la aportación de medidas que solucionen estos problemas y evitar así el cierre inminente de numerosas empresas transportistas, por lo que las reuniones del mes de abril se han perfilado como cruciales para tan deseado entendimiento en estas materias, ya que, de no lograrse, algunas organizaciones han anunciado movilizaciones.

     

    “Muy crudo lo tiene el empresario transportista si no aprende a negociar sus tarifas de forma directa con el cargador”


    Pero las condiciones de prestación de un servicio se fijan entre las dos partes. Aparece aquí de nuevo el problema tradicional del sector, la falta de capacidad de negociación de los transportistas en un mercado tan atomizado y su incapacidad para repercutir en sus tarifas el alza general de los costes, entre ellos, el del gasóleo, que ha vuelto a tocar su máximo histórico. Consciente de esta realidad, el CNTC ya ha solicitado a la Administración medidas punitivas para los cargadores que se demoren en el pago. 

    Muy crudo lo tiene el empresario transportista si no aprende a negociar sus tarifas de forma directa con el cargador. Porque mucho más difícil les va a resultar a las organizaciones de cargadores sensibilizar a sus asociados de la importancia de contratar un transporte de calidad aunque menos económico, y de concienciarles de que los empresarios transportistas necesitan el respeto que ellos mismos no se tienen al tirar los precios y romper aún más el mercado.

    Confiemos en que el resultado de estas negociaciones sea la aplicación de medidas concretas que se plasmen en la realidad efectiva y en el quehacer diario de las empresas de transporte.

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