Ahora el Gobierno lanza uno más de sus “globos sonda” para tener entretenido al personal, como si este asunto nos fuera a salvar de la crisis. En todo caso, será en el marco el Pacto de Toledo donde deberá discutirse tan delicada cuestión, que no tiene que afectar a determinados colectivos, como el de los conductores de vehículos pesados, sean autónomos o asalariados.
La profesión de conductor conlleva enfermedades profesionales, desarraigo familiar y un evidente riesgo, tanto para el que maneja el vehículo como para la seguridad vial, si se alarga por decreto su duración. Antes de plantear una medida de este calibre, hay que pensárselo dos veces.