El nuevo plan europeo para el crecimiento económico y la creación de empleo de los próximos 10 años está ahora mismo debatiéndose en la Unión Europea. Su resultado es de vital importancia para España, ya que un país no se vuelve competitivo de un año para otro y es probable que hayamos perdido la oportunidad de hacerlo durante la última década. La reducción del gasto público, la flexibilización del mercado de trabajo, la mejora de la productividad, el incremento de la competitividad, la reforma de las pensiones, la reducción de impuestos, etc. son medidas poco divertidas pero absolutamente imprescindibles para un país que quiera salir del atolladero económico en el que se encuentra España. En definitiva, o se coge el toro por los cuernos de una vez por todas, o la actual (y simpática) política económica provocará una reducción aún mayor del consumo y una recaída de nuestra economía a partir el tercer trimestre de 2010.