Se trata de dar entrada a los "megatrailers" de 60 TM y 25,25 metros de longitud e incrementar la altura de los semirremolques de 4 a 4,5 metros.
Tráfico ha esgrimido una serie de argumentos sobre los beneficios de esta medida para nuestra economía y nuestro transporte, que bien podríamos calificar de falaces, como la reducción del tráfico de vehículos pesados, el ahorro energético y la disminución de emisiones contaminantes y de accidentes, amén de menores costes en la explotación de nuestra actividad.
Son éstos, a juicio del Comité Nacional de Transporte por Carretera (a quien se ha solicitado un informe), no sólo imprecisos, sino genéricos, abiertos a multitud de interpretaciones, algunas de ellas "alarmantes". Ahora resulta que Tráfico "sabe" de costes. De otro lado, no se aclara qué tipo de autorización necesitarían estos vehículos ni a qué categoría estarían adscritos.
Por otra parte, bien podemos apuntar que la normativa europea aludida en su Proyecto no existe, pues el incremento de pesos y dimensiones aún no ha sido regulado para el conjunto de la Europa comunitaria. Bien es verdad que la UE tiene "intención" de efectuar cambios, pero de forma reducida en principio y que afectarían a los megacamiones, pero los eurodiputados han solicitado a la Comisión un estudio sobre su impacto, antes de 2016. ¿A qué viene ahora adelantarnos, de forma unilateral?
Es curioso constatar que las alegaciones de Tráfico coinciden con las esgrimidas por los cargadores. Dentro de su principal organización, AECOC, se insiste una y otra vez en la aprobación de las 44 toneladas de MMA, trenes de carretera de 25,25 metros y 70 TM, y una altura máxima a 4,5 metros, sin excepciones.
Arguyen para ello un estudio elaborado por la Universidad Politécnica de Cataluña, que tasa en 350 millones de euros al año el ahorro que supondría tal medida. Su insistencia ante los poderes públicos es proverbial. Antes de las Navidades (el 16 de diciembre pasado) han vuelto a urgir a Fomento para que apruebe de una vez por todas las 44 Tm que, en su opinión, ya funciona con éxito en otros países y que, además, incidiría en la productividad y, por ende, en el incremento de la actividad del transporte por carretera. Ante tal cúmulo de presiones, el CNTC ya ha advertido -en el caso de aprobarse la medida-, de que la responsabilidad de sus consecuencias será exclusivamente de los cargadores.
Si sobre las 60 TM podría haber indicios de un consenso, siempre y cuando se realizaran pruebas controladas al objeto de comprobar sus resultados, en el posible incremento de la altura a 4,5 metros el rechazo del sector es total. Nadie fabrica semirremolques con esta altura en Europa, salvo en España, un país en el que la picaresca hace estragos, pues sabemos de forma fehaciente que existen (100, 200, 1.000...?) vehículos sobreelevados, construidos por diversos fabricantes ante las presiones de sus clientes, los transportistas, quienes a su vez se han visto obligados a hacer caso a sus "jefes", los cargadores. ¿Qué es lo que ocurre? Aparte de la “legalización” de facto de estas irregularidades, lo que está claro es que al menos en Europa no podrán circular con 4,5 metros, aunque cuenten con la norma XL, homologada, que posibilita una altura interior de 3 metros.
Es decir, el empresario debería contar con dos tipos de flota: una para "nacional" (a 4,5 metros), más competitiva al llevar más volumen, y otra para "internacional", con 4 metros. Es imposible adaptar la actual flota, por su elevado coste, en opinión de los fabricantes de semirremolques, con lo que las inversiones serían cuantiosas. El aspecto de la seguridad vial tampoco es baladí; los constructores apuntan a un incremento del consumo en un 7%, y a la peligrosa inestabilidad de estas unidades (aumenta el centro de gravedad), máxime con viento lateral. En suma, una auténtica aberración. Y, por supuesto, más volumen de carga al mismo coste.
Confiemos, queridos lectores, en que se imponga el sentido común y la racionalidad, además del consenso. Mientras tanto, deseo felicitarles las Fiestas y desearles un mejor Año 2015, en todos los aspectos, que buena falta nos hace.
Revista Transporte Profesional
Hola y mis cumplimientos a todos y todas,
Cuanto a lo que las asociaciones de cargadores desean y reclaman
sobre una polémica aprobación de la circulación de vehículos de 44
toneladas de masa máxima autorizada, os puedo decir mi opinión:
Y es que el interés oscuro se resume en una manera más de ellos (las
empresas cargadoras) querer abaratar sus costes transladando todo el
perjuicio y toda la carga (nunca mejor dicho) para las empresas
transportistas donde al final serían quien una vez más pagaría el
pato.
Empresas transportistas, ya más que machacadas por las constantes y
sucesivas reformas, por la COMPETENCIA DESLEAL de empresas extranjeras
"españolas" que recurriendo a recursos humanos de otros países recién
entrados en la comunidad europea, se dan al lujo de poseer 2 (dos)
trabajadores por el precio de uno y en países donde no tienen el
porqué de pagar las abultadas sumas de seguridad social que aquí se
exige y se impone.
Los mismos transportistas de siempre que fiel y lealmente pagan aquí
(en España) sus impuestos y que recortando céntimo por céntimo van
aguantando el barco e intentando tener y dar a sus empleados un futuro
donde los mismos no tienen porqué estar semanas y semanas viviendo en
un camión como rehenes.
Como es el caso de los citados anteriormente y que vienen a ocupar
(al más puro estilo gitaneo) todos los aparcamientos para camiones
desde La Junquera hasta Barcelona (debido a la ley francesa haber
echado cartas en el asunto y haber prohibido descansos semanales
completos de 45 horas en su país a conductores de vehículos
extranjeros si el mismo no se realiza en hoteles).
Empresas transportistas que una vez más tendrían que hacer frente a
los gastos de adaptación de todos sus vehículos (tractoras de 3 ejes
en lugar de 2 ejes).
Que tendrían que asumir un mayor mayor gasto de carburante por
vehículo a lo que se uniría la lamentable reducción de autonomía de
los mismos al convertirlos en vehículos de 3 ejes y que obligaría a
tener que dejar unos cuantos cuartos más entre el mayor consumo y el
agravante de tener que proceder a hacer los repostajes en países
ajenos teniendo el efecto negativo para la economía española.
Países donde además de se pagar más caro el carburante complica
irremediablemente la posibilidad de recuperar un IVA (de tal manera
que muchas empresas a la que nos le queda otra que rellenar allí optan
por dejarlo a fondo perdido) y que cayendo en saco roto sería una
paulada más a quien por aquí intenta hacer bien las cosas.
Si a lo anterior unimos lo que a mi personalmente me preocupa (y
creo que a muchos más ciudadanos y también a más que muchos
políticos), que es la repercusión social provocada en un país en que
cada vez hay más paro y que es la que tendría el ocupar un diez por
ciento (10%) más de carga en cada vehículo, o lo que es lo mismo, por
cada conductor, o que es lo mismo, por cada puesto de trabajo... y es
que todos sabemos que se a una tarta se cortan trozos más grandes,
¡¡¡alguien se quedará sin comer!!!
Pues solo me queda por comentaros que también no puedo dejar pasar
por alto y sin puntualizar el mayor peligro que supone un vehículo
pesado con todavía más masa y carga bruta de lo que ya vemos en las
carreteras españolas, y especialmente en un país como este (España)
donde debido a su peculiar orografía, nos pone los pelos de punta de
pensar de que en algún día bajando un puerto como el de Somosierra (un
mero ejemplo entre muchos) con nuestro vehículo particular (coche) con
nuestra familia, marido, esposa, hijos, padres, nietos... se nos puede
venir encima uno de estos mastodontes sin frenos y arrollarnos como si
fuéramos masa de hojaldre...
NO, gracias pero NO...
Es mi opinión cuanto a vuestra ridícula hipótesis de querer
cargarnos más de lo que nos habéis cargado.
Y no me despido sin antes comentaros que también soy un conductor
trabajando en una empresa española.. y con suerte... trabajando.
Saludos y unos deseos de feliz año para todos los que lean este
comentario, independientemente de vuestra opinión... solo he
aprovechado la oportunidad de escribir la mía.
Adiós y precaución en la carretera.