En nuestro numero especial Extra europa, ofrecemos una panorámica, una radiografía de nuestro transporte europeo, en extremo interesante para nuestros lectores. La estadística, a veces denostada, cumple su labor informativa, comparando factores, como, por ejemplo, las toneladas transportadas por carretera, ferrocarril y vía marítima.
O los datos del transporte combinado e su conjunto, sin olvidar parámetros como los límites de velocidad, el tráfico en los Pirineos, el factor de la exportación, que en estos momentos está salvando a no pocas empresas, pues la atonía del mercado nacional no cesa.
Pero hay otros elementos que nos van a indicar cómo se va acomportar el transporte en los próximos años.Ya se está preparando el próximo Libro Blanco del transporte, con vistas a 2020, un año que parece lejano pero que no lo estanto, si queremos tener una visión de futuro, de planteamiento, de saber por qué apuesta la Unión Europea.
Según sus datos, las mercancías a transportar se incrementarán un 35% entre 2005 y 2030. La UE apuesta por la comodalidad; en realidad no ha cambiado, buscando, como señala Vicençs Pedret, consejero de la Dirección General de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea, obtener lo mejor de cada modo y de sus cambinaciones, “el transvase modal donde más convenga”. Se luchará por evitar el incumplimeinto de las normas procendestes de la UE, por parte de los Estados miembros; por eliminar la competencia desleal como la que plantean los falsos autónomos.
Se reformará también la red transeuropea, donde tendrán cabida de alguna forma las plataformas logísticas, fundamentales para transbordos entre modos.
A juicio de Vicençs Pedret, se incremetarán los peajes, pues los recursos de los Estados no serán muy boyantes para financiar infraestructuras, además de dar carta de naturaleza al slogan europeo de “quien contamina, paga”. Las tecnología de la información, además de las referidas a minimizar el impacto negativo sobre la ecología, tendrán también un gran protagonismo.
La seguridad vial será, por otra parte, un objetivo fundamantal de la poliítica europea de transportes, al igual que la congestión o las emisiones contaminantes. Los sistemas inteligenmtes de transportes adaptados a las carreteras y a los vehículos, verán un gran desarrollo.
Seguiremos, de otro lado, a vueltas con la Euroviñeta, un “pastel” muy jugoso para las arcas de los diferentes Estados, quienes se decantarán por su implantación, antes o después. El problema es cómo se traslada este sobrecoste a los cargadores, pues está claro que elñ transporte ya no puede soportar más tasas ni impuestos, con unos precios cada vez más reducidos y uncos costes (véase el combustible, por ejemplo) elevados e incontrolables.
“Vertebrar el mercado interior, integrar los diferentes modos de transporte, desarrollar soluciones tecnológicas y reducir las cargas administrativas” son, a juicio de Rafeal Barbadillo, presidente de Asintra y consejero del Comité Económico Social Europeo.