
Además de venir instalado en todos los vehículos de transporte que se adquieran nuevos, el Paquete de Movilidad también estableció un plazo transitorio para la sustitución de los actuales vehículos que vayan equipados con tacógrafos de anterior generación y que realicen transporte internacional.
En concreto, todos los vehículos que lleven instalado un tacógrafo analógico o digital no inteligente (todos los anteriores a junio de 2019), tendrán la obligatoriedad de instalar un tacógrafo inteligente de segunda generación antes de que finalice 2024, ampliándose dicho plazo ocho meses más para los vehículos que lleven instalado un tacógrafo inteligente de primera generación.
Sin embargo, y pese a que apenas quedan nueve meses para dicha fecha límite, a fecha actual, menos del 10% de los vehículos afectados estarían llevando a cabo el proceso de sustitución de sus tacógrafos, pese a que la flota afectada rondaría los 130.000 camiones y 10.000 autobuses, lo que hace prever un posible colapso a final de año.
La Comisión Europea recuerda el cambio de tacógrafo
Conscientes de esta situación, la Comisión Europea ha remitido una carta a los Estados miembros en la que transmite su preocupación e instando a los transportistas a anticipar estas obligaciones y aprovechar las inspecciones periódicas programadas en los tacógrafos, señalando que “el tacógrafo debe someterse a una inspección periódica, al menos, cada dos años”.
“Si se utilizara dicha inspección para reemplazar el tacógrafo existente por un tacógrafo inteligente versión 2, casi el 80% de los vehículos no necesitarían programar una visita adicional a un taller con el único fin de reemplazar su tacógrafo” ha recordado.
Por este motivo, la Comisión Europea insta a los Estados miembros a concienciar a los instaladores y talleres de los próximos plazos y a los transportistas para que la sustitución del tacógrafo en los vehículos afectados se realice en la misma inspección.
Por tanto, se recomienda a todos los transportistas a comenzar a planificar la sustitución del tacógrafo de forma inmediata y no solo hacia finales de año, con el fin de evitar posibles retrasos por falta de componentes o sobrecarga de trabajo de los talleres especializados y, de este modo, evitar la paralización de su flota a partir de enero de 2025 por la imposibilidad de poder continuar realizar sus rutas en transporte internacional, con el riesgo de ser inmovilizados y sancionados en carretera.