
Repsol pasa por ser una empresa multienergética que lleva muchos años apostando por la mejora de la sostenibilidad en el transporte y la logística. Como tal, Carlos Suárez, director B2B Movilidad de la compañía, explica los pasos que está dando la multinacional en el camino hacia la movilidad sostenible.
¿Qué iniciativas está tomando Repsol para optimizar la eficiencia energética de los combustibles que ofrece a las empresas de transporte y logística?
“Cuando hablamos de eficiencia energética, lo primero que se nos viene a la cabeza es ‘disminución de consumo’, pero creo que también hay algo diferencial en lo que ha venido ocurriendo en los últimos años, que tiene que ver con la reducción de emisiones de CO2, y que están directamente relacionadas”.
El mayor reto al que se enfrenta el sector del transporte es cómo conseguir esa eficiencia energética, cómo lograr esas disminuciones de CO2, un problema que tiene muchos actores, por lo que todos tenemos que ser parte de la solución
“Con todo, en Repsol llevamos trabajando en el mercado de los combustibles desde su inicio, siempre poniendo por delante la calidad de nuestros productos, uno de los valores por los que se nos reconoce como marca. Los aditivos que utilizamos son específicos nuestros y están a disposición de nuestros clientes”.
“De cara al futuro estamos valorando varias opciones -y ya ofreciendo-, de manera que sea el propio cliente el que elija, en función de sus necesidades, la energía que crea oportuno. Es decir, en Repsol vamos a tener la energía que necesiten para su movilidad, con la mayor eficiencia y con la mayor reducción de emisiones de CO2”.
¿Cómo colabora Repsol con los fabricantes de vehículos y las empresas logísticas en la transición hacia un uso más eficiente de energías alternativas?
“Si nos referimos a colaborar y a la movilidad, todo ello afecta no solo al transporte y la logística, sino a cualquier ámbito de la movilidad: a la marítima, a la aérea, etc.”.
“Nosotros estamos poniendo mucho énfasis en ofrecer opciones novedosas que superen en prestaciones al carburante tradicional, y me refiero al combustible renovable, que si bien tiene características químicas idénticas al habitual, no se ha producido mediante petróleo, sino que se ha hecho a través de una serie de residuos de origen vegetal o de origen agroalimentario que somos capaces de procesar en nuestras instalaciones y convertirlo en un carburante”.
Estamos poniendo mucho énfasis en ofrecer opciones novedosas que superen en prestaciones al carbuante tradicional, y me refiero al combustible renovable
“Con este combustible hemos hecho multitud de pruebas con fabricantes como Volvo Trucks, Scania, compañías del sector ‘agro’, con el ejército, con Renfe, incluso con la aviación. Es decir, está testado en diferentes ámbitos de la movilidad, y la cooperación con constructores y clientes ha sido máxima. Y la realidad es que no existen diferencias de consumo entre ambos combustibles ni de ningún otro tipo. Lo que si hay es una reducción de emisiones de CO2 en torno al 90%, y eso se llama eficiencia energética”.
¿Cómo está Repsol liderando la oferta de combustibles alternativos, como el hidrógeno verde o los biocombustibles avanzados, para el sector logístico?
“Al hablar de combustibles alternativos nos encontramos en un momento de transición en este sentido, lo que se traduce en incertidumbre, es decir, se produce cierto vértigo por saber cuál va a ser la tecnología dominante, lo que significa un reto, pero también una oportunidad, porque ahora se abre un amplio abanico de diferentes energías con distintos estadios de evolución que va a permitir que el cliente elija entre una u otra”.
“Si vamos del corto al largo plazo, ahora tenemos dos realidades claras: la primera son los combustibles renovables, que están en 600 estaciones de servicios de Repsol -queremos llegar a las 1.500 durante 2025- y que está disponible tanto para el cliente profesional (flotas) como para el cliente tradicional. Se le conoce como Diésel Nexa 100% renovable y tiene unas prestaciones y unos aditivos específicos".
“Otra realidad, es el vehículo eléctrico. En este sentido, Repsol está en el ‘Top 3’ de despliegue de red de carga en España, que va más allá de nuestra propia red, sino que llega a redes abiertas gracias a acuerdos con empresas o ayuntamientos”.
En la refinería de Petronor se va a poner en marcha la primera planta piloto para fabricar combustible renovable para la automoción y la aviación
“Ocurre que en el sector del transporte pesado la electricidad está un paso por detrás del combustible renovable, porque conlleva una serie de necesidades que posiblemente precise de más desarrollo en el tiempo, pero para vehículos de reparto y de trayectos conocidos la electricidad es una opción viable”.
“Y si nos vamos un poco más adelante en el tiempo tenemos el hidrógeno, por el que también estamos apostando, si bien el plazo para su llegada definitiva es un poco más largo. También existen otros biocombustibles más avanzados que serían como los combustibles renovables, pero en lugar de producirlos a través de residuos agroalimentarios, lo haríamos capturando directamente el CO2 de la atmósfera para formar esa molécula igual químicamente que la molécula de combustible fósil, pero que funciona perfectamente en un vehículo al uso”.
“Cierto es que el plazo en este caso es más largo, en tanto que requiere el desarrollo de unas tecnologías que estamos testando. De hecho, en los próximos años la refinería de Petronor va a poner en marcha la primera planta piloto para fabricar combustibles sintéticos para la automoción y la aviación"
Desde la perspectiva de un proveedor energético, ¿cómo está participando en la creación de infraestructura de carga eléctrica para vehículos pesados? ¿Tiene algún plan estratégico específico para la expansión y organización de su red de puntos de recarga, con relación a las necesidades del sector logístico y de transporte?
“Como ya he comentado contamos con una amplia red de puntos de recarga eléctrica, que si miramos su grado de utilización en base al consumo real y la existencia de vehículos eléctricos, tenemos sobrecapacidad para hacer la recarga.
Sin embargo, a veces queda la sensación, sobre todo en foros a los que vamos, de la importancia del despliegue como uno de los temas críticos para el desarrollo del vehículo eléctrico y yo creo que hay que desmentir ese mito, es decir, no es un problema la disponibilidad de puntos de recarga”.
En Repsol seguimos desplegando red eléctrica y lo vamos a seguir haciendo con acuerdos con empresas y organismos para poner puntos de recarga en sus instalaciones
“En el sector del transporte, ¿qué es lo que ocurre? Pues que los puntos de recarga van a requerir unas necesidades, tanto en velocidad como en potencia, significativamente superiores a la del vehículo particular. Y si bien estamos trabajando en ello, todavía no hay una demanda de energía eléctrica de camiones pesados que no se pueda decir que no tenemos puntos de recarga. Con todo, acompasaremos el crecimiento a medida que dicha demanda lo pida”.
¿Cómo afectan las políticas ambientales de la UE a su modelo de negocio?
“El impacto es directo, si bien todo ello representa una oportunidad. Repsol en su momento fue la primera compañía que anunció que en el año 2050 iba a ser neta de emisiones cero, con lo cual ya dejamos claro nuestro compromiso. Ocurre que año tras año vamos mejorando en este aspecto y con ello las previsiones iniciales”.
“Con todo, somos una compañía multienergética. Tenemos una gran producción de electricidad; de hecho, somos la compañía que más ha crecido en los últimos años en número de clientes con consumo de electricidad en su propio hogar. Además, seguimos manteniendo nuestro ‘core business’ del negocio de los combustibles tradicionales, pero también estamos en el negocio de la química, del refino, de los lubricantes, con lo que somos una empresa multiservicio y multienergética. Es decir, todas las energías que están disponibles, en particular para el mundo de la movilidad, tienen el sello de Repsol: hidrógeno, electricidad, biocombustibles de primera y segunda generación, gas natural licuado y comprimido, etc.”.
“Todo ello nos permite desarrollar nuevas líneas de negocio y apalancarlas en nuestros activos, es decir, en nuestros complejos industriales que se encuentran en plena transformación; y en donde antes de fabricaba gasolina y gasóleo y se utilizaba petróleo, ahora se fabrican biocarburantes que utilizan aceite usado de cocina.
También vamos a utilizar otro tipo de materias primas para fabricar plásticos, bioplásticos, biogas, biometanos, etc.
¿Cómo se está preparando Repsol para cumplir con las regulaciones que buscan la reducción de combustibles fósiles y el aumento de la adopción de combustibles renovables en el transporte?
“En Repsol estamos apostando muy fuerte por los combustibles renovables, porque de facto consiguen una reducción de más del 80% de las emisiones de CO2”.
“Otra cosa será cuando la energía eléctrica se vaya desarrollando en el sector del transporte, pues todavía queda un camino por recorrer para contar con esta tecnología, con baterías lo suficientemente grandes o con los sistemas de carga rápida que requieren los vehículos industriales”.
“Lo que está claro es que en Repsol damos todas las posibilidades energéticas a nuestros clientes y acompasamos ese desarrollo con el de la tecnología, ofreciendo además lo mejor para que precisamente pueden elegir lo que necesiten”.
Somos una empresa multienergética y todas las energías que están disponibles, en particular para el mundo de la movilidad, tiene el sello de Repsol
¿Repsol tiene alguna otra forma de mejorar la eficiencia energética para las empresas del sector más allá de los combustibles?
“Pues sí, ya que estamos impulsando los CAEs, que son los Certificados de Ahorro Energético, un certificado que valida el ahorro energético más allá de la propia movilidad. Por ejemplo, si en una empresa se cambia la luminaria por una más eficiente y con menor consumo, te permite en determinadas horas con determinados requisitos obtener unos certificados de ahorro energéticos concretos”.
“En el caso específico del transporte hay varios ejemplos: cuando cambias los neumáticos y garantizas que gracias a ello hay un menor consumo, se genera una mayor eficiencia; cuando cambias el sistema de telemetría del camión y te permite una optimización de las rutas, se genera una eficiencia, o cuando cambias un camión de combustión por uno eléctrico, se genera una eficiencia… Es decir, todos estos cambios, algunos muy ligados con la movilidad y otros con el día a día de la empresa, dan lugar a certificados de ahorro energético”.
“En Repsol, lo que estamos ofreciendo es, teniendo en cuenta que estas medidas necesitan de una inversión, comprar esos certificados de ahorro energético para que el cliente pueda financiar esa obra que ha realizado, ayudándole así en ese cambio. Y esto lo vamos a hacer para todos ellos, explicándoles en qué consisten los CAEs y que oportunidades ofrecen. Con ello cerramos el círculo en todo lo que significa la eficiencia energética”.