Parece que afortunadamente durante este año se ha producido una cierta estabilización, con incluso algunos repuntes en determinados momentos o en mercados específicos, pero lejos todavía de la normalidad necesaria para poder pensar en inversiones o nuevos proyectos, ya que la tal estabilización se haya situada en un punto crítico, donde cualquier ligero desajuste nos conduce por encima o por debajo de la línea de beneficio cero.
Los políticos y sus políticas hablan cada vez con más énfasis de la intermodalidad y del transporte ferroviario como alternativa al abrumador dominio del transporte por carretera, pero pasarán muchos años antes de que el ferrocarril empiece a coger cuota de mercado de forma significativa, aunque parece que ese es el empeño actual de todos los dirigentes.
Por nuestra parte, como empresarios de transporte no tenemos otro empeño que atender a nuestros clientes en la forma que ellos nos requieren, procurando obtener una compensación a nuestros servicios que quisiéramos más ajustada a nuestros esfuerzos y que hoy a duras penas nos permiten sobrevivir.
Nosotros no estamos reñidos con los diversos medios de transporte y en atención a nuestros clientes optamos por aquel que da respuesta a nuestras necesidades, pero el ferrocarril todavía ofrece poca flexibilidad a las mismas.
El sistema intermodal, con su escasa cuota del 4% de las mercancías transportadas, se encuentra a la cola de Europa con la cuota modal más baja.
El Gobierno español, consciente de las limitaciones apuntadas, ha apostado por un Plan Estratégico de impulso del transporte de mercancías por ferrocarril con un horizonte fijado en el año 2020.
Las causas de la actual situación podríamos atribuirlas a:
- Falta de competitividad en las distancias idóneas al ferrocarril, más de 600 kms.
- Falta de calidad y fiabilidad del servicio.
- Falta de liberalización del mercado ferroviario.
- Subordinación al tráfico de viajeros.
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El Plan estratégico, a requerimiento de los procesos logísticos, debería tratar de solventar los mencionados defectos y definir una red básica para el transporte de mercancías, a cuyo efecto basa su evolución en las siguientes medidas estratégicas:
- Nuevo modelo de gestión del sistema
- Calidad del servicio y eficiencia
- Mejora de las estructuras ferroviarias
En conclusión, y en espera de los resultados del mencionado Plan, diría que el vendaval que nos ha azotado estos tres últimos años ha dejado nuestra capacidad de renovación agotada, reduciéndose drásticamente las inversiones y ajustando nuestras empresas a límites que ante cualquier repunte de actividad, se verá frenada por la falta de medios para su realización, cuestión que deberán tener muy presente nuestros clientes, enfrascados en su política de “tenders”, pendientes más de unos precios que de una calidad y capacidad de servicio que ha menguado a límites insospechados.
Francisco J. Corell. ESK, S.A. (GASES)
Luces y sombras
El subsector del transporte de gases en cuanto a toneladas movidas en 2010, podríamos decir que se ha mantenido, incluso ha crecido ligeramente, fundamentalmente porque muchos de sus productos dependen del consumo energético y tanto los meses del principio como los del final del año han sido muy fríos.
La situación económica general, sin embargo, nos afecta como a todos, la bajada de actividad industrial presiona sobre los mercados y una vez más el sector no sabe mantener su sitio.
Este final de año, con un incremento galopante del pecio del gasóleo que tememos que continúe en 2011, debe hacernos reflexionar.
Las preocupaciones por los ataques a la carretera en general, con limitaciones y restricciones a la circulación, nuevos impuestos que pueden venir y viejos que, aunque ilegales, no se quitan, e intentos de cambios modales que hasta ahora no han demostrado su competitividad real (sus perdidas las pagamos entre todos) nos generan inquietud.
Las modificaciones reglamentarias deben medirse con cuidado para no desequilibrar economías con tanta sensibilidad como las actuales.
La incidencia del sector laboral en un sector tan especializado sigue presionando sobre el mismo ante la falta de una reforma laboral en profundidad. Por ejemplo, porque no se autoriza la contratación de conductores en campaña a través de las E.T.T.
Antonio Amarillo Rodríguez. TRANSLIPUL S.L.(ALIMENTICIOS)
Un 2011 esperanzador
2010 ha sido para nuestra especialidad un buen año en lo que se refiere a actividad, previendo para el 2011 una tónica parecida. El mayor problema con que nos hemos encontrado ha sido la dificultad en aplicar el incremento del coste del combustible, ya que sigue sin generalizarse en los contratos la cláusula de revisión de precios en función del precio del mismo. Ello ha supuesto que los esfuerzos que hemos hecho las empresas en cuanto a reducción de costes, mejoras en la productividad, etc. se hayan diluido ante tan espectacular incremento.
Diferenciando nuestra actividad por rutas, quizá el aumento de la demanda de cisternas alimentarias se ha notado más en el tráfico internacional, ya que el mercado interior alemán y en menor medida el francés se ha recuperado de forma notoria, con lo que los transportistas de estos países están trabajando en tráficos interiores o de centroeuropa, y hay más oferta de cargas con orígen y/o destino España.
Como ya he dicho, nuestro sector confía en que el 2011 sea similar al año 2010 en cuanto a actividad, con la salvedad de que si el combustible sigue subiendo y el sector bancario continúa con el grifo del crédito cerrado, la supervivencia de nuestras empresas corre serio peligro, y todo ello sin olvidar que esto último tiene como consecuencia directa el que no se puedan renovar flotas y, por tanto, que nuestro parque de camiones esté envejeciendo a pasos agigantados.
Carmelo González. Petrolest, S.L.(PULVERULENTOS)
Un ejercicio incierto
Hace unos años decía: “estamos obligados a buscar soluciones”, pero tanto nuestra creatividad como nuestros fondos parece que va tocando a su fin.
Los problemas son muy similares en nuestro modo de transporte en todas las actividades. Nuestras compañías desarrollan su actividad en un sector dinámico y emprendedor; y más si caben las dedicadas al transporte en cisternas, dado que nuestros servicios requieren un alto grado de especialización.
Realmente ya no podemos hablar de que los márgenes son pequeños, porque en estos momentos no existe ya margen, y en buena medida nos estamos comiendo las reservas y desgraciadamente el año 2011, en este sentido, no creo que sea un buen ejercicio.
En el último semestre del año la actividad se ha incrementado, con lo que puede ser una buena noticia; pero…. nada que nos invite a mejorar nuestro animo; porque los flujos del mercando han variado del tal manera que si bien existe exportación, no tenemos la suerte de decir lo mismo en lo que a importación se refiere.
A esto debemos unir la falta ya palpable en esta actividad de equipos, lo que nos tendría que permitir tener un cierto optimismo. Pero para que esto sea real, antes hemos de ajustar nuestras tarifas a los costes reales, trasladando los mismos.
El precio “ajustado” nos permitía hasta hace poco cierto incumplimiento en los compromisos de entrega, pero en el momento actual como consecuencia de la reducción del stock en fábricas y la ya comentada escasez de medios, hace que ya no sea factible el retraso y que empiece de nuevo a ser imprescindible el compromiso de fecha de entrega.
Cada vez somos un sector más maduro, y por lo tanto con achaques; pero quizás por ello seguimos siendo no sé si valientes o inconscientes, porque seguimos invirtiendo en personas y en medios con el fin de mantener el nivel de calidad de servicio que la especialidad nos requiere.
Ya han desaparecido muchas empresas de transporte, lo que confirma que somos un sector en crisis y está en cuestión el ser o no ser de las algunas de nuestras empresas. Soportamos costes que no se repercuten correctamente y exigencias legales cada vez más complejas, con lo que tenemos un cóctel explosivo.
Nos esperan años muy complicados, duros, y en los que dada la importancia de nuestro sector esperamos no subvenciones, sino colaboración por parte de la Administración y nuestros cargadores. De entrada nos gustaría que no se demonizara el transporte por carretera en favor de otros modos, siendo como somos conscientes de que debemos convivir todos, pero sin agravios; que clarifiquemos dentro de las directrices globales la estrategia mejor para el futuro de nuestras compañías (concentración de empresas, empresas comercializadoras…..).
No quiero olvidarme de la inseguridad de nuestros conductores, equipos y mercancías. Cada vez es mayor el número de robos, incluido el de las piezas que en nuestra actividad necesitamos para el proceso de descarga, por lo que se hace necesario reforzar la vigilancia por parte de la autoridad, así como el establecimiento de estacionamientos que nos aporten la tranquilidad necesaria en los momentos de obligado descanso.
Por otro lado, estamos soportando la dificultad real de no ser capaces de conseguir financiación para nuevas inversiones; a esto unimos la dificultad de conseguir financiación para circulante, por lo que demandamos la necesidad de que se cumpla la ley de morosidad, y por lo tanto cobremos nuestros servicios dentro de los plazos que marca dicha ley.
Somos una actividad intensiva en inversión y por lo tanto no podemos desviar de nuestros flujos de caja para subvencionar a algunos de nuestros cargadores.
Debemos continuar luchando para mantener y fortalecer lo que tanto ha costado, pero para ello creo que debemos reciclar nuestra cultura empresarial, con lo que el CAP sea no solo para los conductores.
Federico Martín.Transportes A. Martín, S.A.(QUÍMICOS)
¿Un 2011 peor que 2010?
A nivel de facturación el año ha sido desigual. Comenzó con dos meses nefastos, alcanzándose niveles incluso por debajo de 2009. Pero a partir de marzo, y de forma continuada hasta septiembre, la actividad se relanzó y nos hizo albergar esperanzas de una cierta recuperación económica.
Sin embargo, el último trimestre nos ha devuelto a la realidad de nuestra economía maltrecha. Pese a todo, terminaremos el año con un incremento en torno al 4% de facturación, con resultados negativos debido a los costes que no han dejado de subir (gasoleo, ruedas, costes financieros, etc. más/menos un 6%).
Ante esta incertidumbre, nadie se atreve a hacer predicciones de cara a 2011. Confiamos en que de forma lenta vayan mejorando los indicadores, pues falta hace, ya que ha sido mucho el terreno que hemos perdido desde finales de 2008.
No obstante, las noticias que se van sucediendo cada semana sobre la trayectoria de varias empresas -antes punteras- de la industria química en España y Sur de Europa nos preocupan, pues en ciertos sectores el descenso de ventas y la deficiente rentabilidad de los negocios está provocando el cierre de muchas fábricas, indicándonos que el año 2011 será peor que 2010 en el consumo de productos químicos.
La evolución alcista del gasóleo en 2010, el aumento del IPC (costes laborales) y la dificultad de los créditos bancarios tampoco ha ayudado a sobrellevar la crisis. Así que debemos reconocer que aunque las revisiones de precios por gasóleo están ya contempladas en los contratos de transporte, no obstante ha habido una fuerte reticencia de los clientes a asumir estos compromisos.
Así, por un lado, se han revisado tarifas al alza, pero, por otro, se han convocado numerosos concursos de transporte con la única intención de reducir los precios del mismo y los costes logísticos.
Pese a estar dramáticamente afectados por esta coyuntura económica, las empresas han seguido impulsando las políticas internas que tenían planificadas, tanto en renovación del material de transporte, como en formación del personal e inversiones y mejoras en los programas informáticos, en tanto que las compañías deben prepararse para estar en las mejores condiciones, con el claro objetivo de competir en el mercado independientemente de las fluctuaciones económicas.