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Sábado, 25 Enero 2025

    El futuro Libro Blanco del Transporte... Vicençs Pedret

    Vicençs Pedret, consejero de la Dirección General de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea

    Vicençs Pedret, consejero de la Dirección General de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea y autor, explica que el transporte debe alejarse de la dependencia del petróleo y que el sector empezará a crecer en cuanto se supere la crisis económica. Para ello, deberá tener en cuenta varias circunstancias para adaptarse al nuevo panorama internacional.La Comisión Europea está trabajando en la elaboración del Libro Blanco del Transporte 2011-2020, cuya adopción está prevista para principios de año. Quisiera presentar en este artículo mi apreciación personal sobre algunas de las grandes líneas de reflexión que se barajan, sobre las que ya tuve la oportunidad de hablar en el congreso de la CETM en Murcia el pasado mes septiembre.

     

    Una de las prioridades de la

    Una de las prioridades de la "Estrategia Europa 2020" es la utilización eficiente de los recursos naturales.


    El tema central del Libro Blanco será la competitividad y la reducción de las emisiones de CO2 del transporte. Estos objetivos se enmarcan en la "Estrategia Europa 2020" de la Unión Europea, una de cuyas prioridades es la utilización eficiente de los recursos. La aportación del transporte a estos objetivos será esencial, ya que el sector, al depender casi totalmente del petróleo, produce una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono de la Unión. Además, con sus precios elevados y volátiles, el petróleo constituye una amenaza para la competitividad.

    “Algunas de las estimaciones de la Comisión Europea prevén un 40% de aumento del transporte de mercancías por carretera entre 2005 y 2030 y de 38% para las mercancías en general”

     

    Hay que acabar, pues, con esta dependencia nociva pero sin comprometer el crecimiento económico, el cual depende de la existencia de un sistema de transporte competitivo. Parte crucial del mismo es el transporte por carretera, que asegura la capilaridad total de los mercados, complementado en las medias y largas distancias por otros modos de transporte.Una vez superada la crisis, de la cual algunos países europeos están saliendo, el crecimiento del sector está asegurado. Algunas de las estimaciones de la Comisión Europea prevén un 40% de aumento del transporte de mercancías por carretera entre 2005 y 2030 y de 38% para las mercancías en general. El crecimiento del mercado facilitará la transformación del sector.

     

    RETOS


    Para alcanzar un sistema de transporte competitivo y con bajas emisiones de carbono se están considerando tres tipos de actuaciones:


    Un objetivo permanente de la Unión Europea es el de dotarse de un auténtico mercado interior. El sector del transporte por carretera está muy avanzado en su liberalización, a la que sólo le falta la libertad total de cabotaje. Esta requerirá posiblemente un esfuerzo de armonización social previo, para evitar dar ventaja a quienes estén sujetos a normas sociales menos avanzadas. La Unión Europea debe también evitar el incumplimiento de las normas europeas y los casos de competencia desleal como la que plantean los falsos autónomos. La mejora de las condiciones sociales, junto con una mejor formación, reducirá el riesgo de una penuria de personal cualificado.

    El año próximo, la Comisión Europea presentará su propuesta de reforma de la red transeuropea. Esta se basará en una red central prioritaria sobrepuesta a una red global. Los fondos presupuestarios disponibles serán limitados, lo que dará lugar a una mayor exigencia en la selección de proyectos. Entre ellos estarán las plataformas logísticas, fundamentales para los transbordos entre los modos.

    La penuria de recursos llevará a la utilización creciente de peajes, que no sólo ayudarán a financiar las infraestructuras sino que con sus modulaciones incitarán a un mejor uso de las mismas. Se puede prever que un número creciente de países optarán por esta solución, enmarcada dentro de una legislación europea encaminada a promover el principio del tratado de que “el que contamina, paga” y también a evitar abusos en la fijación de los peajes.

    La generación de ingresos facilitará la entrada del capital privado en la financiación de infraestructuras, donde se podrá aprovechar la experiencia de las autopistas de peaje. Podemos suponer también que la tarificación del automóvil será utilizada por algunos Estados miembros, unida a la de los camiones, aunque en ese ámbito la UE no tiene competencias.

    A largo plazo, para enfrentarse al cambio climático, habrá que recurrir principalmente a la tecnología. A corto plazo hay que utilizar mejor los medios actuales, ahorrando energía y hay que aprovechar el gran potencial de las tecnologías de la información. Habría que promover, además, la innovación ecológica en el transporte por carretera, empezando por las pymes (eco-conducción, gestión de flotas…).

    También hay que mejorar el atractivo del cambio modal y aumentar los gastos en Investigación y Desarrollo. Estos últimos han de permitir desarrollar motores y carburantes con pocas (o sin) emisiones de CO2 cuya superioridad técnica facilite la renovación de las flotas.

     

    La política de transportes de la Comisión Europea tiene como objetivo mantener su apuesta por la comodalidad.

    La política de transportes de la Comisión Europea tiene como objetivo mantener su apuesta por la comodalidad.

     

    LO INTERMODAL

    Todo indica que el enfoque de la « co-modalidad » se mantendrá. Según el mismo, hay que obtener lo mejor de cada modo y de sus combinaciones, buscando el trasvase modal sólo donde más convenga. Parece claro que, debido al cambio climático, crecerá el interés por los modos que constituyan alternativas razonables a la carretera.

    En todo caso, es de desear que la introducción de un sistema de precios que internalice los costes externos incite a pasar a una «post-modalidad» pragmática que busque la eficiencia en la cadena de transporte como un todo. Esta eficiencia debe incluir la utilización racional de los recursos naturales.

    Finalmente, hay que destacar que la respuesta que la Unión Europea pueda dar al reto de alcanzar un transporte sostenible dependerá, en gran medida, del futuro marco financiero plurianual que será discutido el próximo año con los Estados miembros.

    Vicençs Pedret, consejero de la Dirección General de Movilidad y Transportes de la Comisión Europea

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