REVISTA TRANSPORTE PROFESIONAL
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En unos días en los que nuestros dirigentes se empeñan en vulgarizar la formación universitaria del más alto nivel, con la más que dudosas obtenciones de másteres y doctorados, nuestro sector sigue padeciendo un importante déficit de profesionales, más cuantitativo que cualitativo, eso sí, porque el sector se ha tomado la formación de los conductores muy en serio, y así lo avalan las estadísticas de siniestralidad vial, en las que un año sí y otro también se reducen las víctimas de accidente de camión.
Sin embargo, hay mucho trabajo por hacer en la dignificación de la profesión de conductor, conseguir que sea una profesión atractiva no es fácil, especialmente en la larga distancia debido al desarraigo que genera. Hay algunas medidas que están encima de la mesa que pueden ayudar a paliar el problema, como reducir la edad para obtener el permiso de conducir C y C+E a los 18 años de los 21 años actuales, o incluir la profesión de conductor de vehículos de mercancías en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura para poder contratar conductores extranjeros, pero no son la solución.
El verdadero problema radica en las condiciones de trabajo, que redundan en la citada dignificación de la profesión, y no me refiero únicamente al aspecto salarial, que obviamente es importante, pero no lo es todo. Hay otros aspectos en los que los cargadores tienen mucho que ver: tiempos de espera, labores de carga y descarga, pero también el trato indigno y de absoluta falta de respeto que a veces se presta a nuestros conductores.
A la Administración, a la que le compete dotar a nuestras carreteras de estaciones de servicio que reúnan unas condiciones mínimas de confortabilidad y salubridad. O regular y controlar las jornadas que están llevando a cabo los conductores de furgonetas y vehículos ligeros que están exentos de tacógrafo a los que hay que plantearse, instalarles dicho apartado de control, porque su siniestralidad va en aumento.
La flexibilización de los tiempos de conducción y descanso para favorecer la vuelta a casa de los conductores sería una medida que favorecería la conciliación de la vida laboral y familiar.
Lo que no se entiende es que a día de hoy se siga discutiendo sobre ello, tengamos una Administración laxa en su reivindicación ante las instituciones europeas, unos países del eje centralque prioricen aspectos de mercado y unos sindicatos que manipulan la verdadera finalidad de la medida, así es difícil.
Revista Transporte Profesional
Número 390 - Octubre 2018
Este artículo completo ha sido publicado en la revista Transporte Profesional
Número 390 - octubre 2018