Viernes, 14 Marzo 2025

    Ismael Ayala, jefe de Proyectos. Simulación y Proyectos Logísticos. INDRA

    Ismael Alaya, jefe de Proyectos. Simulación y Proyectos Logísticos. INDRA

    La generalización del uso de simuladores en los sectores civiles durante la última década ha sido motivada fundamentalmente por dos razones.

    En primer lugar, la extraordinaria evolución tecnológica de los últimos años que ha hecho posible una reducción importante del coste de los equipos informáticos y un aumento del realismo en la simulación.

    Y en segundo lugar, pero no menos importante, es que las empresas requieren profesionales cada vez mejor preparados para ser más competitivas dentro mercados cada vez más exigentes, es decir, existe una necesidad real de formación.

    En el sector del transporte esta necesidad de formación se ha visto plasmada y regulada en el Real Decreto 1032/2007, que es la transposición de la directiva europea que regula la cualificación inicial y formación continua de los conductores de vehículos destinados al transporte de mercancías y viajeros (CAP). Esta directiva recoge en uno de sus anexos que parte del entrenamiento práctico puede realizarse con simuladores de alto nivel.

     

    “Además de ahorrar tiempo, se reduce considerablemente el estrés que sufre el alumno cuando se sube por primera vez a un vehículo”


    Nadie discute a estas alturas las ventajas que aportan los simuladores en la formación. En general, podemos afirmar que uno de los pilares básicos de la formación basada en la simulación es que permite aprender experimentando, es decir, el alumno está obligado a tomar decisiones en escenarios similares a los que se va a encontrar en la vida real.

    Este tipo de aprendizaje facilita la retención de la información y por tanto, permite aprender más rápidamente, a la vez que facilita al alumno el desarrollo de una mayor intuición a la hora de tomar decisiones en su trabajo diario. Además de ahorrar tiempo, se reduce considerablemente el estrés que sufre el alumno cuando se sube por primera vez a un vehículo.

    Otra ventaja destacada del uso de simuladores es el aumento de la calidad en el entrenamiento, ya que permite entrenar procedimientos de actuación ante situaciones peligrosas tales como carreteras en mal estado y condiciones meteorológicas adversas sin sufrir las consecuencias de un accidente, procedimientos que, por otra parte, no se podrían entrenar con vehículos reales por ser costoso y muy peligroso.

    Podemos afirmar por tanto, que los simuladores constituyen una valiosa -y en un futuro próximo, imprescindible- herramienta para la formación de conductores profesionales en el sector del transporte por carretera, como ya es una realidad en otros ámbitos como el transporte aéreo, ferrocarril, etc.

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