Sí, no importa que la tramitación del Reglamento de la LOTT, tan esperada, haya tardado cuatro años, a causa de no pocos avatares y protagonismos de los políticos, y también del Tribunal de Justicia Europeo al eliminar el requisito de los tres vehículos para el acceso al mercado.
Como nuestros lectores recordarán, el ROTT se aprobó –“in extremis”- en el Consejo de Ministros del pasado 15 de febrero, justamente el día en el que se convocaban las elecciones generales, tras la amenaza del Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) de convocar un paro, si se permitía acceder al mercado con un solo vehículo sin límite de antigüedad. Y el cambio se hizo. Pero aún así, se va a impugnar.
Así lo ha decidido el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC), quien dio su plácet al Reglamento, absolutamente convencido de que su contenido se adecuaba a los extremos previamente debatidos y consensuados –de palabra- con Fomento. La realidad es que hubo “ocultismo”, ya que el CNTC no conoció el texto del borrador de la norma con la antelación necesaria como para poder estudiar su “letra pequeña”.
Ha sido ahora, en el momento en que las organizaciones de transportistas han comenzado a analizarla en profundidad, y a difundirla mediante encuentros y jornadas entre sus asociados, cuando las dudas y las sorpresas han salido a la luz. Y es que se han producido modificaciones que afectan a las autorizaciones de transporte referidas a la figura del gestor, a la ampliación de flota o, lo que es mucho más grave, al requisito de la honorabilidad, a su posible pérdida. Y aquí está la clave de la cuestión, de la impugnación.
Existen muchas formas o supuestos de perder la honorabilidad, nada menos que 113, según publicamos en nuestro número de la revista Transporte Profesional de abril de 2019, aunque son 27 las calificadas como extremadamente graves, sin que ello impida que la acumulación del resto de sanciones muy graves o graves incluidas también en el ROTT, puedan conllevar igualmente la pérdida de la autorización.
si se pierde la honorabilidad durante la época del visado, se pierde la autorización para siempre, la empresa desaparece
Como hemos publicado y probablemente nuestros lectores ya conozcan, perder la honorabilidad significa quedarse sin autorización para poder hacer transporte hasta 365 días. El tema es muy grave, pero aún puede ser peor. En el supuesto de que este periodo de suspensión de la autorización coincida con el del visado de la tarjeta, el afectado por la sanción no podrá visar la autorización ni rehabilitarla con posterioridad, es decir, cuando venza el año durante el que se le impuso la sanción. En definitiva y para ser aún más claros y precisos: si se pierde la honorabilidad durante la época del visado, se pierde la autorización para siempre, la empresa desaparece.
El castigo por haber cometido una falta grave es significativo (todo un año sin trabajar), pero vulnerar los derechos fundamentales de la persona y de la empresa no tiene ni sentido ni justificación alguna.
Como ha señalado el Comité Nacional, esta aplicación de la norma “provoca una alarmante inseguridad jurídica a los profesionales del transporte” a la vez que transgrede “el espíritu del texto del Reglamento (CE) 1071/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo del 21 de octubre de 2009”; es decir, “no se tiene en cuenta la tutela judicial efectiva para el ejercicio de la profesión, en su vertiente del derecho a un procedimiento con todas las garantías”.
No es posible saber qué nos deparará el futuro, después de estas elecciones generales. Si continuaremos o no con el mismo equipo ministerial, si habrá pactos y en qué sentido, pero sí somos conscientes de que será necesario comenzar prácticamente de nuevo con las negociaciones que estaban pendientes, puesto que no afectan solamente a Fomento, sino a seis o siete departamentos ministeriales más.
Y todo puede cambiar, aunque esperemos que la razón se imponga, como, por ejemplo, en el tema del descanso fuera de la cabina; al menos, no será preciso presentar justificante alguno sobre dónde hemos acabado con nuestros huesos, con nuestro tiempo libre.
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