
Confortauto propone, a través de unos sencillos consejos de mantenimiento, reducir la contaminación y alargar la vida de los neumáticos.
El objetivo es modificar los hábitos de los conductores para poder reducir el consumo de combustible y las emisiones de CO2, y así minimizar su huella de carbono al máximo
En el caso particular del neumático, su impacto medioambiental se produce en las tres etapas de su vida: fabricación, uso y reciclado. El trabajo para reducir su huella de carbono debe enfocarse en todas ellas, pero sobre todo en la intermedia, la de su uso: la vida útil del neumático, a ella se debe en su mayoría, alrededor de un 96%.
La mayor parte de las emisiones derivadas del propio neumático se deben a su uso y a la resistencia a la rodadura. Cuanto menor sea la resistencia, menor será su impacto medioambiental. Pero la resistencia a la rodadura no puede reducirse sin contar con otros aspectos básicos como la seguridad (distancia de frenado, adherencia en seco y mojado…) y la durabilidad. Lo ideal es mantener un equilibrio óptimo entre ellos, para conseguir un neumático más eficiente.
La resistencia se incrementa si no se circula a la presión recomendada por los fabricantes. Si es la correcta, se puede reducir el consumo de combustible hasta un 3’3% y alargar su vida útil.
Lo ideal es revisar las presión de los neumáticos cada 15 días, así se reduce la contaminación, se ahorra y aumenta la seguridad en carretera.