
Es el último año de la presente legislatura y, sea por esto o por el hecho de que se va un año y comienza otro nuevo, lo cierto es que nos encontramos en el mes de enero, mes de inventario y casi de finiquito por cuanto no creo que al final de legislatura se haga lo que no se hizo antes, pues los políticos, el gobierno, ahora estarán más dedicados a decir lo que van a hacer, si se les vota, que a concluir o iniciar lo que se habían comprometido.
¿Qué queda por hacer a Fomento de todo lo que iba a hacer? En mi opinión casi todo lo importante: la modificación de las masas y dimensiones y una actuación decidida ante la UE, para la unificación de cuestión tan sensible para la competitividad e igualdad en la concurrencia. Sin embargo, en el reciente Consejo de Ministros de Transportes de la UE se desenfundan las banderillas y rejones de la euroviñeta que lleva visos de convertirse en un peaje feudatario al exigirse el pago por el tránsito de país ajeno, aunque de momento se libre el que se hace por el propio. En tratándose de recaudar impuestos se arrumban los sacrosantos principios de la libertad de tránsito de las mercancías. Y dicen que así se hace Europa, o sea, limitándonos y esquilmándonos cada vez más. Eso sí, llega el nuevo pero nombrado hace mucho tiempo presidente de la UE, Sr. Juncker, regalando dinero como si fuera el maná para hacer tropecientosmil proyectos a realizar en un montón de años y cuya evaluación se hará seguramente para cuando él y sus comisarios y comisarias estén gozando de la megajubilación por los servicios prestados. Nuestra ministra vuelve a decir que ha presentado grandes proyectos para ser objeto de subvención dirigidos a la conectividad de los puertos con el ferrocarril, potenciar la red básica europea eliminando cuellos de botellas en las conexiones transfronterizas, pero lo cierto es que se vuelve a hablar del corredor Mediterráneo , la fachada atlántica y...más de lo mismo, pero retrasando lo que debería estar casi concluido como ocurre con este corredor; en Valencia ya empiezan a estar más que mosqueados. Y de la travesía central de los Pirineos para qué hablar, parado in sécula seculórum, que dicho en latín parece hasta justo, arrumbándose con ello el principio de la permeabilidad de las fronteras naturales.
Volviendo a España, queda pendiente la entrada de capital privado en AENA, que no privatización (no supera el 45%); la ralentización del agujero negro de las autopista radiales que terminaremos pagando todos la próxima legislatura; el déficit que no cesa como tampoco el aumento de directivos de las empresas públicas que cuelgan de Fomento. Por la limitación de establecimiento de empresas estibadoras se ha condenado al gobierno español por el Tribunal europeo, por lo que el problema de la estiba portuaria no se soluciona pero se prolonga. La Unidad logística, su foro y sus 18 proyectos prioritarios con TyLOS y conexiones están en fase de desvanecimiento tras el relumbrón de la iniciativa, se ve que la pirotecnia se la han llevado a Justicia. La supresión de las restricciones a la circulación o, de otra forma, el establecimiento de corredores permanentes para las mercancías sigue en el sueño de los justos.
Qué decir de la normativa pendiente de publicarse: LOOT, ROTT, normas de desarrollo. Cierto es que con los Reglamento comunitarios 1071 y 1072/2009 vamos bien regulados, pero ya que se ha optado por "chutar" directamente en vena al sector con toneladas de normativa interior, pues que se publique ya si se ha de publicar. Luego vendrán las prisas, las carreras y las tasas. Ya lo dije al principio, no es la carta a los reyes, es el relato del incumplimiento de lo prometido electoralmente. Ahora que caigo, si se hacen para no cumplirse. Debe ser el síndrome postnavideño. Por cierto: ¿bajará el gasoil en proporción al precio del barril?
Revista Transporte Profesional