REVISTA TRANSPORTE PROFESIONAL
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Es entonces cuando en vez de disfrutar con la carrera, sus incidentes, imprevistos y emociones se comienza a dar opiniones, a pontificar, que mejor no escuchar pues terminas desanimándote y acabas por no ver la carrera espectáculo: que si es un circuito para pilotos, que si el asfalto es muy rugoso y se come los neumáticos, o tiene blistering, que si sufren mucho los frenos, que si sale un safety car en las primeras vueltas, si antes o después de la parada lo penalizan con un pit stop... A mí lo que me divierte es la carrera, lo que pasa en ella y la emoción que produce, pues todo es posible dado que de todo puede pasar.
Con la economía pasa más de lo mismo. El gobierno no ha hablado de otra cosa que de la "puñetera" economía: que si se evitó el rescate (se hizo para las Cajas) que si la prima de riesgo, que si las reformas laborales, fiscales, las exportaciones, etc... Eso sí, ninguna referencia al exceso de personal en las autonomías y gobierno central, puestos de designación "dedocrática", duplicidad de servicios, ocho mil y pico municipios, multitud de defensores del pueblo que sólo satisfacen los intereses propios de los nombrados y empleos adyacentes que no los generales; en fin, para una población activa de unos 17 millones, aproximadamente 4 de ellos empleados en las diferentes Administraciones públicas (que no producen riqueza).
Y no digamos de los rescates, puntualizo aquí los aplicados a las constructoras que hicieron autopistas de peaje mediante concesión administrativa, endosando sus pérdidas a través del gobierno a los presupuestos generales, o sea, que lo paguen hasta los que no tienen coche o los que ni tan siquiera saben andar y, en todo caso, los que nada tienen que ver, como dicen, con su ruina.
Y este gobierno de escaramuzas mediáticas esforzándose primorosamente en salvar a las concesionarias sin rescatar siquiera las concesiones públicas mal concebidas y peor gestionadas y ponerlas en manos más respetuosas con el dinero extraído a los obligados e indefensos contribuyentes.
En vez de aplicar lo razonable y transparente, pretende engatusar a los ciudadanos y empresas de transporte de mercancías con vehículos pesados mediante el aparente abaratamiento de ciertos tramos de autopistas de peaje (poco más de 300 Km. frente a los 1800 previstos inicialmente) y, aunque objetivamente se reduce la tarifa oficial de las autopistas y lógicamente mejora el precedente, mejor sería que el Estado se quedase con ellas o pusiera en manos de otro gestor elegido tras lícita y transparente puja, y que el transporte de mercancías solo pagase los gastos de mantenimiento y conservación, lo que reduciría los costes de todo lo que se produce, pues todo se transporta, y las empresas venderían más, exportarían más y mejor y los ciudadanos ganarían en la relación calidad precio de sus consumos.
Ah, claro, pero eso es interés general. Cuesta concluir sin aludir al déficit público y su consiguiente incremento de deuda pública.
Este gobierno que tanto presume de gestión económica sigue aumentando déficit y deuda públicos.
¿De qué presume, entonces? Considero que su gran aportación no es la de favorecer a los mercados, la libertad de empresa e igualdad de oportunidades, a los que tanto acude en su discursos tanto para un roto como para un descosido; su gran aportación económica radica en aumentar la diferencia entre empresas españolas, rompiendo el principio constitucional de igualdad entre todos los españoles ante la ley (art. 14 de nuestra Constitución: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social"). Así, las que integran el selectivo IBEX 35 y el resto.
¿Será que uno tiene puertas giratorias y los otros no? De ser así que tengan cuidado los del IBEX-35, que de tanto acoger a malos gestores públicos en razón del déficit y deuda que generan, pueden intoxicarse y perder la privilegiada posición a pesar de tener mucho gestor público dentro y cesante o en excedencia. Pues eso, el gobierno del señor Rajoy satisfecho de alcanzar la deuda pública el 100% del PIB. Y en aumento.
Así que memos presumir y ¡libertad de circulación por las viales pagadas con los impuestos!