
Basta esta afirmación para que demos pábulo a las noticias que apuntan a la próxima subida de los impuestos especiales, es decir, el tabaco, el alcohol y los combustibles. Más de lo mismo, además de otras tasas, como las aeroportuarias, quizás por aquello de seguir el ejemplo alemán.
El denominado “céntimo verde”, un impuesto a las compañías petroleras que a la postre serviría para financiar las carísimas energías renovables, está agazapado, listo para ponerlo en marcha.
Claro está que al final quien paga es el de siempre, el ciudadano, el transportista, aunque hemos de agradecer a la Junta de Extremadura el acuerdo alcanzado con los transportistas para “devolverles” el céntimo sanitario que implantará en 2012. Una pequeña compensación para paliar la “Euroviñeta portuguesa”, pues éstos serán –junto con los gallegos- los más afectados.