
Con el argumento de impulsar la intermodalidad y el transporte de mercancías por ferrocarril, las cuentas públicas potencian el tren, mientras que la carretera percibirá un poco más de un cuarto de la partida presupuestaria (el 27%).
Pero las cifras no sólo rechinan a nuestro sector. La Comisión Europea acaba de admitir la denuncia tramitada por las empresas de transporte regular de viajeros por carretera (desbancadas por Renfe en el corredor de alta velocidad Madrid-Barcelona) por las ayudas injustificadas de 400 millones de euros incluidas en el Contrato Programa 2006- 2010 entre la operadora y el Estado. Por este mismo motivo, la patronal de aerolíneas y Asintra amenazaron con recurrir las tarifas del tren también ante las autoridades de competencia.Y además, nos encontramos con que Renfe ha lanzado una ofensiva internacional para participar en concursos de liberalización de los servicios ferroviarios en países como Gran Bretaña, Francia, Alemania, Brasil y Arabia Saudí.
Pero, ¿cómo una empresa subvencionada y deficitaria como Renfe puede expandirse y seguir creciendo en el extranjero? A base de ayudas estatales que subvencionan el modo más ineficiente y que más cuota de mercado pierde año tras año ¿Y cómo el Gobierno se permite amenazar al transporte de mercancías por carretera con nuevos aumentos fiscales como la ecotasa? Y es que el sector sólo podrá mantenerse con una política de transportes equilibrada y justa con todos los modos.