Todo esto nos lleva a una situación difícil e incómoda para mantener nuestros negocios a flote debido a la pérdida de servicios, el incremento de los costes y el poco margen de negociación con el fin de conseguir la financiación necesaria. Financiación, por supuesto, con unos intereses adecuados a la situación.
No entenderé nunca por qué, cuando los precios y el consumo tienden a bajar, éstos se encarecen aumentando los costes de producción (cuando los créditos se consigen). Cuando sucede lo contrario, ya no tenemos más remedio que soportar el barco a flote, pero ¿cómo? soltando lastre. Nos vemos obligados a prescindir de personal excedente de nuestras plantillas y de todos aquellos medios técnicos y materiales que no utilizamos. Éstas son las situaciones que no favorecen en nada el mantenimiento de los puestos de trabajo y una economía estable.
¿Qué cree que haría falta para solucionar esta situación?
Creo que, lo principal y más importante, sería trabajar desde la asociaciones y organizaciones codo con codo con todas las empresas de mudanzas, para que en estos tiempos de dificultad consigamos aunar esfuerzos y afrontar las necesidades de abaratar costes; unificar las condiciones laborales con nuestras plantillas; buscar acuerdos colectivos de financiación con entidades públicas o privadas, con el propósito de ser competitivos y poder ofrecer a nuestros clientes precios adaptados a los tiempos para intentar mantener nuestras empresas.
Por supuesto, debemos pedir al nuevo Ejecutivo paliar la grave situación que estamos atravesando todos: temple, diálogo y compromiso por parte de sus ministerios para llevar una política adecuada a las necesidades actuales. Ya que si las ayudas en materias de financiación, formación, inversión,abandono de la actividad y la modificación del régimen sancionador (como ya se acordó con la CNTC) no llegan, por lo menos que no graven con más costes (Euroviñeta, céntimo sanitario, etc) al sector. Necesitamos reformas tributarias que impidan cierres de empresas que, debido a la morosidad por parte de clientes, particulares y administraciones, no pueden hacer frente a los impuestos que generan facturas no cobradas.
Y las empresas ¿qué pueden hacer para mejorarla?
Ahora más que nunca es cuando no tenemos que perder el rumbo y ser fieles a nuestros principios e ideas. Los empresarios de esta especialidad no tenemos que bajar la guardia en ningún momento, porque si algo tenemos claro es el sacrificio que tenemos que hacer para dedicarnos a las mudanzas, una profesión tan dura, complicada, necesaria y cada vez más especializada, pero a la vez tan poco valorada.
Nuestras empresas, desde hace ya tiempo, están apostando por la calidad; demostrando día a día que tienen sitio en esta sociedad tan exigente y comprometida con las buenas prácticas en los servicios. Si antes hablaba de trabajar juntos para conseguir acuerdos, ahora nos toca hacer un estudio en profundidad de los costes de nuestros servicios y sensibilizar a todos (sin excepción) que por debajo de éstos se hace imposible la supervivencia empresarial, se genera desconfianza en los clientes y nos hace perder profesionalidad y rentabilidad, además de generar una competencia poco aconsejable entre compañeros
¿Cuáles son los mayores conflictos que tienen con los ayuntamientos?
El mayor problema cotidiano es el acceso de nuestros vehículos a los domicilios de los clientes, todo condicionado por la alta burocracia y las discrepancias en las ordenanzas municipales que cada uno aplica a su manera. Lo más perjudicial para nosotros es el plazo que nos exigen a la hora de solicitar las autorizaciones de ocupación de la vía publica, ya que en ocasiones el cliente sí tiene el margen su ciente, pero en otras, cuando no hay margen, y queremos atenderle para no perder los servicios (en estos tiempos que no sobran) nos arriesgamos a la realización del mismo corriendo el riesgo de recibir sanciones económicas, situación que en ningún momento deseamos, pues queremos trabajar cómodos y sin ningún tipo de contratiempo.
¿Qué pueden hacer las asociaciones para luchar contra la competencia desleal?
Las asociaciones tienen el deber y el compromiso, con todos y cada uno de los asociados, de representar y defender los intereses propios de cada actividad, levantando la voz ante las administraciones públicas y privadas para reivindicar todos los acuerdos y propuestas que de las mismas se proponen. La competencia desleal ya la estábamos sufriendo antes de la brutal crisis y, como consecuencia de la misma, cada día se agrava más. Hoy en día estamos comprobando a pie de calle cómo nuestros servicios se realizan con vehículos clandestinos y con personal en condiciones irregulares, saltándose por alto toda la normativa laboral, scal y tributaria ante la pasividad de los órganos de inspección. Está claro que con estas malas formas de intentar ganarse la vida unos, se provoca que otros tengan que abandonar y pasar a formar parte del lastre negativo para la recuperación de la actividad y del conjunto económico que este país necesita.