REVISTA TRANSPORTE PROFESIONAL
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En este sentido, ¿se han confirmado estos temores? ¿Se ha ralentizado la actividad? ¿Cómo ve los próximos meses?
En nuestra provincia los temores son una realidad. A la inestabilidad política generada por la enorme fragmentación surgida tras las elecciones del 20 de diciembre, se debe añadir la demostrada incapacidad de entendimiento y de voluntad de diálogo de nuestra clase política. Los políticos tienen la obligación de hablar y ser capaces de generar seguridad jurídica y económica y hasta el momento, y pasados ya demasiados días desde los últimos comicios, solo han generado incertidumbre y eso, desgraciadamente, ya nos está pasando factura en forma de enfriamiento de la economía. Un enfriamiento que se hace notar en todos los sectores productivos de nuestro país y entre ellos el transporte de mercancías por carretera. En nuestro caso, hay asociados de nuestra Federación que cuestionan seriamente su crecimiento. Tan sólo la exportación compensa de algún modo la fase de meseta en la que se encuentra el consumo interno. Y en cuanto a la última pregunta que me hace, sobre el futuro inmediato, creo que mi respuesta es la que le darían el resto de españoles. Preocupación, mucha preocupación. No sabemos a ciencia cierta hacia donde caminamos y eso no es bueno.
¿Está usted de acuerdo en que la devolución del céntimo sanitario, la bajada del precio del gasóleo, el acceso al crédito y el incremento de la actividad de transporte son factores que están coadyuvando a dejar atrás la crisis de forma definitiva? o, por el contrario, piensa que no son suficientes.
Claro que estoy de acuerdo, todas las variables que nombra son fundamentales para resolver la ecuación, pero no son suficientes. Además de las que me ha citado creo que hay otras que terminan de configurar y dar forma a la fórmula que, efectivamente, nos permita dejar atrás de manera definitiva la crisis que ha vivido el transporte y que aún hoy persiste. Unas variables que yo clasificaría en internas y externas. Como una de las internas podría citarle, por ejemplo, la auténtica profesionalización de nuestras empresas que permita a nuestros empresarios la correcta gestión y optimización de medios materiales y humanos. Por su parte, y como una variable externa, y ya que hemos empezado hablando de política, yo le diría que la seguridad jurídica también es importante. Mire, en mi modesta opinión resulta penoso, por no dar otro calificativo a la situación, que tengamos una reforma de la LOTT desde el año 2013 sobre la mesa y no tengamos un Reglamento que la haya desarrollado pasados ya casi tres años.
¿Cuáles son, a su juicio, los principales problemas, las principales quejas, de los empresarios agrupados en FEDAT- CETM OPERADORES, en estos momentos?
En este sentido creo que se debería entonar el 'mea culpa'. Verá, como yo lo veo es que las quejas de los empresarios agrupados en FEDAT son el reflejo de nuestras carencias como dirigentes de la organización. Y es ahí desde donde debemos de trabajar, desde la autocrítica.
¿Qué se ha hecho mal? o, ¿qué no se ha hecho? Me resulta alarmante que una organización antigua y con un importante peso específico en el Comité Nacional sea desconocida para profesionales que, precisamente, desarrollan su actividad al amparo del Título de Operador de Transporte.
En cuanto a las soluciones que me pregunta, claro que las hay y en ello estamos. Hay que dar los primeros pasos para reconducir una situación que no es irreversible. Por eso, me permito hacer una llamada participativa y tiendo la mano, desde aquí, a todas las Organizaciones Provinciales que están dadas de alta en FEDAT para solicitar aún más su apoyo y colaboración, y a aquellas que no lo están les invito a unirse a nosotros y compartir un proyecto común.
Háblenos de precios, de morosidad y de competencia entre operadores
Hablar de precios, morosidad y competencia, todo en la misma respuesta es casi hablar de lo divino y de lo humano. Hablar de precios se ha convertido en algo muy arriesgado, pero no por el fondo sino por sus consecuencias, unas consecuencias que van más allá de toda lógica. De todos es conocido el cómo y el 'quantum' de las actuaciones de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia. Definitivamente es mejor no hablar de precios.
Pero sí se puede hablar de morosidad que, afortunadamente, ha descendido, o hablar de los plazos de pago. Unos plazos que los clientes alargan y moldean según su conveniencia sin que nadie ponga freno a esas actuaciones. Mire, por resumir, los plazos de pago mientras reglamentariamente no se establezcan medidas económicas disuasorias de que el incumplimiento de lo preceptuado en una Ley lleva aparejado una sanción pecunaria para el incumplidor, tienen muy difícil solución.
Y en cuanto a la competencia, yo creo que no debe ser vista ni analizada como una amenaza. Al contrario, la competencia (leal) constituye una grandísima oportunidad que potencia la profesionalización y que en el caso del Transporte tiene su reflejo en la mejora continua del servicio y en una mayor eficiencia de las empresas.
También la internalización ha supuesto para sus empresas una mejora de su competitividad. Esta apuesta ¿debería a su juicio intensificarse?
Hoy, la globalización ya no sólo es un concepto, sino que debe ser también una praxis. La presencia de empresas españolas más allá de nuestras fronteras es, cada vez, más numerosa. Creo que los escenarios actuales, en los que juegan un importante papel las economías emergentes, deben de utilizarse con más fuerza por parte de las empresas españolas, incluidas las de transporte de mercancías. Las Empresas tienen que salir y mimetizarse con el entorno.
Desde luego, el posicionamiento en los mercados internacionales requiere de requisitos previos para dar ese paso, y a este respecto viene a mi memoria una teoría que, por sencilla y efectiva, es fácilmente aplicable. Se llama la Teoría de las tres 'G'. La primera 'G' de grandes, y no me refiero únicamente a aquellas empresas que son grandes desde su nacimiento, sino también a aquellas que se hacen grandes por la unión de muchas pequeñas. La segunda 'G' de globales, porque hay que buscar esos mercados externos en los que operar, y la tercera 'G' y no por ello menos importante, gestionadas correctamente. Creo que la aplicación de esta teoría permitiría cristalizar, de manera adecuada, la globalización.
¿Qué opinión tiene sobre la puesta en marcha de los mega-trailers? ¿Va a ser positivo para el sector o, por el contrario, piensa que serán muy pocas empresas las que se decantes por esta posibilidad?
Yo creo que en la respuesta a la pregunta que me hace, hay que poner negro sobre blanco. Que hay aspectos positivos, al menos teóricamente, parece que, para los defensores de la presencia de estos gigantes de la carretera, es algo incuestionable. Pero también hay detractores, y muchos, que fundamentan su rechazo a estos vehículos en cuestiones de orden práctico y real, como la geometría de nuestras carreteras, el coste del impacto en las infraestructuras, la seguridad vial, la repercusión social, etc. Hay demasiada prisa en poner en circulación este tipo de vehículos, cuando ni siquiera quien tiene que regular esa circulación tiene las cosas claras a la hora de legislar cómo hacerlo. Que la eficiencia energética y la productividad sean directamente proporcionales al tamaño de los camiones, creo que es algo muy cuestionable y que plantea demasiadas interrogantes, al menos hoy por hoy. Cuestión de productividad, tal vez sí, pero ¿para quién? Cuestión de eficiencia energética, tal vez también, pero ¿cuál es precio? Creo que se debería haber esperado más y contar con un apoyo más decidido y uniforme del sector. Hay muchas incógnitas por despejar.
Revista Transporte Profesional
Número 361 - Abril 2016
Este artículo completo ha sido publicado en la revista Transporte Profesional
Número 361 - Abril 2016