Recientemente ha sido reelegido como presidente de ANET. ¿Qué balance puede hacer de su primera legislatura? ¿Ha podido llevar a cabo todo lo que se propuso cuando accedió al cargo?
La verdad es que cuando me propusieron ser el presidente de ANET, tras mi vicepresidencia de la sección de mercancías, pensaba que me iba a ser más sencillo llevar la asociación, pero tras estos cuatro primeros años de dedicación puedo decir que estoy muy contento con su marcha y que esto me ha animado a seguir. Además, quedan aspectos a mejorar que tenemos que introducir en el nuevo plan estratégico de la asociación, y otros que no hemos podido acometer en estos cuatro años teniendo ocasión de abordarlos en los siguientes.
¿Qué le ha llevado a presentarse nuevamente para presidente de la Asociación?
Principalmente mi compromiso cuando accedí al cargo de estar ocho años; y a pesar de que muchas veces te hace salir del día a día de tu empresa y dejarla un poco desatendida, tengo en los vicepresidentes un gran apoyo que facilita la dinamización de la asociación.
Desde CETM y CONETRANS se viene hablando de un tiempo a esta parte en la necesidad de potenciar el asociacionismo, en tanto que parece que no hay muchas ganas desde ciertos ámbitos de involucrarse activamente a la hora de defender al sector. ¿Qué opinión le merece todo ello?
Es verdad que hace falta potenciar el asociacionismo, pero no creo que sea falta de ganas por defender al sector, sino más bien la falta de visión como sector de cada uno de los participantes.
Antes, las relaciones que existían entre los distintos empresarios a pesar de ser competencia, quizás al ser menos globalizados, tenían cierta parte de compañerismo. Ahora, al perderse eso, tenemos que ser las asociaciones las que deberíamos dinamizar al sector. Esto es bastante complicado de valorar si no estás dentro de la asociación. Y tenemos que concienciar a las empresas que no pertenecen a ninguna asociación de las ventajas de estar asociado, ya que no solo pertenecen a una asociación autonómica, sino también a una organización como la CETM, que representa al sector a nivel nacional e internacional.
¿Cuáles son los problemas más acuciantes que padece el sector en su Comunidad Autónoma?
El principal problema es la imposibilidad de trasladar los incrementos de coste a los precios. Hemos pasado unos años duros en los que para mantener las empresas hemos tenido que ajustar mucho nuestros márgenes. Y ahora los cargadores son reacios a aceptar subidas de precios.
Además, en Navarra estamos a la expectativa del recurso planteado por el Comité Nacional contra los peajes de Guipúzcoa. Sin olvidar las políticas proteccionistas de los países de la UE que no facilitan nuestra labor.
El nuevo ROTT -con el acceso al mercado y la pérdida de la honorabilidad como telón de fondo- parece que ve la luz, después de muchos meses de espera. ¿Qué cree que se mejora con el nuevo Reglamento? ¿Echa algo en falta?
Creo que la protección a la entrada al sector, que venimos manteniendo, es más que necesaria y es uno de los principales aspectos de esta reforma. Respecto a la honorabilidad, si bien era un concepto que ya existía, creo que tendremos que evaluar su afectación una vez que esté aprobado el ROTT y pase un tiempo.
El nuevo ROTT va a asentar ciertos aspectos que tras el retraso en su publicación se han venido resolviendo de la mejor manera posible, pero que quedarán resueltos tras su publicación.
¿Qué opinión le merece que España haya introducido la Directiva sobre Desplazamiento de Trabajadores para controlar en mayor medida a las empresas buzón?
Me parecía una medida positiva para las empresas españolas, buscando que en la misma medida que nosotros tenemos que realizar una labor administrativa en cada uno de los países, las empresas que vinieran a realizar cabotaje a España deberían tener los mismos requisitos y control por parte de nuestra administración. Pero el hecho de que sea a partir de los ocho días por desplazamiento, hace que pierda toda su efectividad.
En su opinión, ¿piensa que llegarán las 44 toneladas? ¿Cree que habría que negociar con los cargadores una serie de contrapartidas (carga y descarga, tiempos de espera, cláusula de gasóleo, plazos de pago, etc.)?
En mi opinión particular, creo que tenemos que mantenernos en el no. Y concienciar a los clientes de que el sobrecoste de esas toneladas de más no sería proporcional al coste de las toneladas previas. Por otro lado, sobre el resto de aspectos, pienso que deberían venir regulados por norma sin hacer mención al pacto en contrario, dándole de esta forma una respuesta al sector clara de hasta qué punto estamos obligados unos y otros.
Revista Transporte Profesional