
Así es Antonio Gil, afable, ameno y que busca lo mejor para el sector, sin callarse, "más por la edad", como él suele decir, y que sigue al frente de su empresa, Clara del Rey. Ahora, la Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM) le ha concedido, en la asamblea ordinaria celebrada el pasado mes, una placa de honor en reconocimiento a sus años en el sector de las mudanzas. Un galardón que le ha llegado de la mano de FEDEM, la Federación Española de Empresas de Mudanzas.
¿Qué supone este galardón?
Me complace mucho, pero más por pura vanidad. Yo nunca he tenido aspiraciones a obtener un premio en este mercado, entre otras cosas porque es como me gano la vida desde hace 56 años y no tiene más importancia para mí que seguir mis convencimientos éticos y que lo que quiero para mí lo deseo para los demás, en cuanto a rectitud, honestidad y legalidad.
¿Cree que el sector de las mudanzas le está reconociendo su trabajo?
La realidad es que, a lo largo de mi vida profesional, también he hecho buenos amigos allá donde haya ido, por lo que también podría ser un premio natural, pero sin esperarlo ni buscarlo.
Con sus años de experiencia, ¿qué ha cambiado en el sector de las mudanzas?
Muchísimo. Yo he visto cambios muy grandes en los últimos 30 años porque las mudanzas han modificado la forma de venderse en todo el mundo. No es una cuestión sólo de España. Hace años, sesudos cuestionarios, sobre todo en EEUU, predecían que la tendencia de las mudanzas es que iban a desaparecer. En aquel momento, me pareció demasiado futurista, como en la realidad ha resultado. Esa idea surgía del planteamiento de que cuando un alto directivo de una gran empresa fuera trasladado de país se preveía que no hacía falta que llevase sus pertenencias, sino que allá donde fuere tendría una casa perfectamente montada. Pero aquello no sucedió.
Sin embargo, los cambios han venido en planteamientos empresariales más que en el concepto de la mudanza.
Un cambio muy importante ha sido la creación de sociedades empresariales, que buscaban el beneficio de sus asociados. El mejor ejemplo fue el "Moveplus", una magnífica idea de marketing para convencer a las grandes multinacionales. Los que poseíamos alguna responsabilidad en aquel proyecto teníamos el compromiso de que el que conseguía el contrato de mil o dos mil mudanzas de grandes empresas las realizaría el asociado en cada uno de los países donde se realizaría la mudanza. Y funcionó magníficamente bien.
¿En esas sociedades incluye las empresas de relocations?
Las empresas de relocations son el tercer cambio gigantesco en el sector de las mudanzas, cuando una de estas empresas ya no solo vende la mudanza, sino el traslado completo de una persona a otro país o ciudad. Esta idea ha tenido éxito en el momento en el que la gran empresa que traslada a su directivo quiere que éste sea eficaz desde el momento en el que se sienta en una silla en su país de destino, y que no se preocupe de buscar colegio, casa... Estas empresas solucionan el problema humano del traslado. A partir de ese momento se empiezan a vender 10.000 mudanzas al año por todo el mundo. Y todo a través de esas empresas de relocations. Esa es una revolución en cómo se venden mudanzas.
¿Qué papel juegan las empresas de mudanzas en España?
España tiene un punto de vista muy corto de lo que está pasando por ahí. Yo he visitado más de 70 países, viajando siempre en el mundo de las mudanzas. He conocido a casi todos los agentes de mudanzas del mundo. Me he beneficiado de haber visto lo que sucede fuera de España. Circunscritos en lo que es nuestro modus vivendi nacional no vamos a ninguna parte. Hoy en día quien tiene éxito es la empresa que tiene miras al exterior.
¿Cómo luchar contra la competencia desleal o la irrupción de ilegales en España?
Es que eso pasa en todas las partes del mundo. Forma parte de la educación del empresario, nada más.
¿Quién debe educar al empresario?
El propio empresario. Debe tener conciencia de que cuando los demás avanzan y él no, será por algo. No se avanza por hacer trampas. Hay otros medios y hay que buscarlos, buscando consejo, saliendo por ahí.
¿En España no se peca de ser pícaros?
La picardía nuestra es un vicio nacional. Es decir, lo que no consigo por vías legales y normales, lo consigo de otras maneras. Y ahí viene la corrupción...
¿Hacia dónde deben ir las mudanzas en España?
A la internacionalización. No es hacer mudanzas a Francia, Portugal, Grecia o Cuba. Falta preparación. En primer lugar habría que preguntarse si el mudancero español habla idiomas. En la mayoría de los casos no. Pues podría contratar alguien para que los hable. Ese sería un primer paso. Tú podrás tener la ilusión de tener una empresa, de poner los medios, de establecerla. Pero hay que tener algo más, los recursos para atraer todo tipo de tráficos.
Revista Transporte Profesional