¿Cuál es la coyuntura actual de la actividad de transporte de mercancías por carretera en cisternas? ¿Ha evolucionado el mercado en este 2014 tal y como se esperaba?
A pesar de que es justo reconocer que este año tenemos un mejor panorama, la situación económica no acaba de despegar, ya que el consumo continúa lastrado como consecuencia del altísimo número de desempleados.
Por lo tanto, aunque es cierto que tenemos más actividad que en años anteriores, persisten aún graves problemas de productividad derivados de la falta de estabilidad y regularidad de la demanda de transporte, lo que provoca continuas desigualdades entre el número de salidas y retornos de los camiones.
¿Hasta qué punto la exportación ha servido como tabla de salvación para las empresas de transporte en cisternas?
Durante los peores años de la crisis se produjo un gran aumento de la exportación, pero apenas había importación, por lo que este desequilibrio era un inconveniente en términos de rentabilidad.
En cambio, actualmente se han moderado las exportaciones, por la situación económica de países como Francia e Italia y, sin embargo, como España se empieza a estabilizar, se ha originado un aumento de las importaciones que permite una explotación más ordenada.
En cualquier caso, es evidente que la exportación juega un papel fundamental en nuestra actividad, y confío en que pronto sea más fuerte y estable, contribuyendo así a que se reduzcan los desequilibrios que acabo de comentar.
Mucho se habla de la conveniencia de apostar por la multimodalidad para establecer sinergias entre empresas y realizar un transporte más eficientes y rentable? ¿Cómo valora esta posibilidad como presidente de CETM Cisternas?
En mi opinión, el multimodal tiene que ser un apoyo para el transporte por carretera, que debe ser quien lo lidere.
Lo que ocurre, es que el multimodal, especialmente el que opera con el ferrocarril, todavía no funciona porque los tiempos de transporte son muy elevados.
Para que esto cambie y comencemos a ver la multimodalidad como una alternativa real, es necesario mejorar y ampliar las infraestructuras de todos los modos de transporte y las interconexiones entre ellos, y para esto hacen falta algo que no nos sobra: tiempo y dinero.
¿Cuáles han sido los problemas más importantes que han sufrido durante el presente año?
Para mí, nuestro principal problema es el precio del transporte, que continúa siendo muy bajo. La crisis trajo consigo una guerra de precios que los cargadores han conseguido mantener vía concursos que solo buscan reducir los costes logísticos olvidándose de nuestros otros grandes valores: calidad, seguridad, flexibilidad, etc.
Y otro problema importante es el descenso deproductividadocasionado por la reducción de la actividad y del número de cargas, y del incremento de los kilómetros recorridos en vacío.
¿Qué opinión le merece la posibilidad de modificar las masas y dimensiones? ¿Hasta qué punto afectaría a las empresas de este segmento de actividad?
Este es uno de los asuntos que más nos preocupa en estos momentos, ya que afectaría de forma determinante al transporte de mercancías en cisterna.
Una parte muy importante de la flota actual de cisternas son monocubas, ya que así lo exige el mercado, para ahorrar tiempo en las cargas y descargas de las mercancías.Y aunque vayamos equipados con rompeolas, que atenúan el efecto ola, aumentar la carga transportada facilitaría una posible pérdida de adherencia o una reducción de la efectividad del frenado (en función de si se sube o se baja), incrementando además la presión sobre los neumáticos de determinados ejes.
Igualmente, debemos tener en cuenta que las limitaciones respecto al grado de llenado y la densidad de muchos de los productos transportados, hacen que en numerosas ocasiones (sobre todo en el transporte de productos de la Clase 2 – Gases) sea absolutamente imposible que en el parque de cisternas actual se pueda cargar más mercancía de la que estamos cargando ahora, aunque se aumentara la MMA de 40 a 44 toneladas.
Consecuentemente, si se produjera esta modificación normativa, automáticamente se quedarían obsoletos todos los vehículos cisterna que por limitaciones normativas como las que acabo de explicar no pudieran alcanzar en carga las 44 toneladas, lo que es absolutamente inasumible para nuestro sector desde un punto de vista económico, pues los daños para el tejido empresarial serían irreparables.
En mi opinión, cualquier solución coherente pasará por una armonización europea, ya que el transporte no está en condiciones de disponer de una flota para realizar transporte nacional y de otra para el internacional.
Dicha modificación conllevaría tener que negociar al alza con los cargadores. ¿Cree realmente que se va a transportar "más por más", tal y como aseguran algunos de sus clientes?
Los cargadores llevan años pagando los precios más bajos de la historia y lo saben. Probablemente no se explican cómo somos capaces de sobrevivir, pero continúan teniendo ofertas de transporte más bajas casi cada día.
Dicho esto, y teniendo en cuenta que esta medida incrementaría aún más la oferta de transportes en un mercado ya maltrecho, me parece prácticamente imposible repercutir los incrementos de costes que sufriremos, sobre todo por inversión en nuevos vehículos e incremento de los consumos, si finalmente esto se pone en marcha.
¿Qué espera para 2015? ¿Será el año definitivo de la recuperación?
Es verdad que por fin se percibe cierta esperanza en la recuperación de la economía, aunque todavía persisten algunas incertidumbres que me aconsejan prudencia. En consecuencia, considero que aunque la recuperación se sentirá con fuerza en 2015, todavía nos quedará camino por recorrer.
Yo diría que, junto al incremento de la demanda de transporte, lo más importante durante este año es incrementar la facturación de las empresas, poniendo al día las tarifas de transporte para ir así equilibrando nuestra explotación y reduciendo las graves secuelas que estos seis años de crisis han dejado en nuestras empresas.
Revista Transporte Profesional