En nuestro anterior número, correspondiente al mes de noviembre, entrecomillábamos estas declaraciones del ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos: “no habrá indemnizaciones para el transporte de mercancías”. Se refería, evidentemente, a las consecuencias de las salvajes revueltas provocadas por Tsunami Democràtic y los CDR en Cataluña, quienes mantuvieron cercenadas las principales vías de comunicación con Francia, especialmente en la frontera de la AP-7, con cortes continuados de entre 30 y 48 horas. La cronología de estos sucesos y sus consecuencias, se reflejan en un artículo “En Portada”, en este mismo número.
No me agrada tener que incidir en este ya manido e infausto tema, pero desgraciadamente sigue estando de actualidad. En la memoria colectiva de los afectados (conductores y empresas de transporte) todavía está muy presente la indignación y la impotencia, la sensación de haber sido “secuestrados” y “utilizados” como moneda de cambio para conseguir que el famoso procés diera un paso más. Y mucho nos tememos que esto no haya terminado.
Bien puede decirse que de algo han servido las decenas de escritos de protesta, por parte de la CETM, ante los máximos representantes de los gobiernos central y autonómico catalán.
El ímprobo esfuerzo realizado por su departamento de Comunicación, al que apoya la revista Transporte Profesional, ha logrado transmitir a la opinión pública, a través de la prensa escrita, de la radio y la televisión, de internet y las redes sociales, con decenas de comunicados y entrevistas directas, la verdadera situación del transporte de mercancías por carretera y, sobre todo, su importancia vital para la sociedad, que se pone al descubierto cuando se produce este tipo de conflictos.
Las reclamaciones podrían superar los 150 millones de euros
Quizás es poco aún, pero nuestra Confederación ha conseguido que el Ministerio de Fomento, con Resolución firme en el BOE, excluyera y, por tanto, anulara, aquellos tiempos de conducción y descanso en los que han estado implicados miles de conductores (de camión y autobús), en las operaciones que tuvieron lugar entre el 14 y el 20 de octubre, fechas en las que los cortes y bloqueos de carreteras fueron más virulentos. De esta forma se han evitado las sanciones injustas impuestas a los transportistas, atrapados irremisiblemente en sus vehículos. La situación era, evidentemente, excepcional, como excepcional es esta medida, que no se hubiera producido sin la presión de nuestra organización.
Pero los daños económicos han sido irreversibles. Su monto total podría superar los 150 millones de euros. Por ello se está estudiando plantear una demanda de responsabilidad patrimonial al Gobierno central y a la Generalitat, por su omisión de funciones en Cataluña, en las fechas señaladas. A expensas de lo que al respecto digan los servicios jurídicos de la Confederación (parece existir jurisprudencia al respecto), sobre la mejor forma de llevar la demanda, qué acciones penales y qué figuras jurídicas son las más adecuadas, lo cierto es que se ha impedido el sacrosanto derecho constitucional a la libre circulación de personas y mercancías. Ha quedado sobradamente demostrado que se han producido órdenes expresas para que las fuerzas y cuerpos de seguridad tuvieran las manos atadas. Solo cuando, en un momento puntual, intervino la Gendarmería gala, a las autoridades mencionadas no les quedó otro remedio que aflojar la cuerda y dejar que la policía hiciera su trabajo.
El cierre de la frontera a su paso por la Junquera ha tenido también otras reacciones. En previsión de futuros altercados, el presidente de la CETM, Ovidio de la Roza, ha insistido (lo viene haciendo desde hace mucho tiempo) en la apertura de un paso hacia Francia en la zona central de los Pirineos. Y ya hay quien se plantea, como la organización de Murcia, Froet, abrir una nueva vía marítima -solo para camiones- desde Cartagena a Francia para evitar los bloqueos.
No cabe duda, como ha afirmado De la Roza, de que “somos nosotros quienes debemos dar una respuesta adecuada y potente. Debemos estar dispuestos a defendernos en la forma que consideremos más conveniente y ser conscientes de las amenazas que tiene el sector del transporte de mercancías por carretera”.
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