Para alcanzar este nivel de eficiencia el fabricante muniqués ha diseñado el programa ProfiDrive, que no es otra cosa que un conjunto de dos cursos para mejorar la técnica de conducción de los clientes de MAN.
ECONOMY
El primero de estos cursos se denomina ECONOMY. MAN justifica la necesidad de esta acción formativa al advertir que el 34,6 % de los costes de explotación de una tractora destinada al transporte de largo recorrido, son imputables al combustible. Lo que supone que una pequeña rebaja en este parámetro, equivalga tanto como a eliminar los costes fiscales, de mantenimiento o, incluso, de financiación. MAN también recuerda que esta formación supone alargar la vida útil del chasis o de la cadena cinemática y reduce las emisiones contaminantes a la atmósfera.
El curso tiene un día de duración, siendo cinco el número máximo de alumnos por instructor. MAN prefiere realizar este tipo de acciones con el vehículo del cliente y en el lugar donde a este le resulte más cómodo reunir a sus conductores. De esta forma la formación se realiza “a la carta”. Sin embargo, MAN dispone de diversas cabezas tractoras TGX18.440, con cabina XLX y cambio TipMatic especialmente preparadas para realizar este tipo de acciones.
La metodología aplicada es la clásica para un curso de conducción económica. Primero se realiza un recorrido donde el alumno conduce de forma habitual. Mientras tanto el instructor procede a controlar la velocidad, el consumo y el número de cambios realizados. La segunda parte es teórica. En ella un instructor procede a impartir los fundamentos de la conducción rentable.
SAFETY
El conductor profesional corre un riesgo importante durante su trabajo diario. El tráfico cada día es más intenso, lo que supone que al menos estadísticamente, la posibilidad de terminar implicado en un accidente de tráfico aumente día a día. Sin embargo el conductor tiene una percepción muy contraria del problema.
Las ayudas a la conducción son la causa de esta errónea sensación. No cabe duda de que gracias a estos elementos, su trabajo es ahora menos penoso y que los márgenes de seguridad han aumentado. Pero tampoco hay que olvidar que el conductor sigue siendo el principal dispositivo del vehículo.
Él es sus ojos, sus oídos y, sobre todo, su cerebro. Por ello el conocimiento del funcionamiento de todos y cada uno de los sistemas que monta la unidad sobre la que trabaja y el adiestrarse para mecanizar las acciones a realizar en caso de encontrarse ante una situación de riesgo es fundamental.
El curso SAFETY trabaja estos elementos. En la fase teórica los alumnos son instruidos en los principios y funcionamiento de diferentes sistemas de seguridad como el ACC –sistema antiempotramiento-, el LGS –aviso de salida involuntaria de carril- o el ESP –sistema de control electrónico de la estabilidad-.
La segunda parte del curso es práctica. En un circuito cerrado los conductores trabajan sobre la forma de tomar curvas, la distancia de frenado en mojado, la manera de evitar obstáculos inesperados o como controlar una “tijera”. En esta unidad didáctica se simulan otras situaciones de riesgo como los vuelcos. En este terreno los conductores comprueban lo simple que es volcar a baja velocidad, la importancia de un buen reparto de la carga, la necesidad de los “rompeolas” en las cisternas o la peligrosidad de los ejes autodireccionales en los semirremolques.
El curso SAFETY tiene una duración de un día, se imparte a un máximo de 20 personas y se puede realizar en el Parc Motor Castellollí en Barcelona o en el RACC de Conducción Segura de Madrid Sur.