UN 5 POR 100 MENOS DE EMPRESAS
En su “informe del presidente” sobre el pasado ejercicio, Ovidio de la Roza señaló el aumento de los costes de explotación, el incremento de la morosidad, de la inflación y de la presión fiscal, hechos que han originado “una pérdida de la competitividad y un mal año para todas las empresas del sector”.
Según los datos oficiales más recientes, aportados por el presidente, un total de 4.768 empresas no han efectuado el pertinente visado en el año 2010; a esta cifra deben añadirse 1.056 bajas por abandono de la actividad, lo que supone un porcentaje de empresas desaparecidas del 4,48%, prácticamente la mitad de la cifra que se había previsto en un principio.
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Para Ovidio de la Roza, 2010 ha sido un “año perdido, como consecuencia de los múltiples cambios habidos en Fomento, que han contribuido a paralizar el desarrollo de normativas de gran calado y trascendencia para nuestro sector, hecho que dificultará que se apruebe la modificación de la LOTT antes de que termine la presente legislatura, así como la Ley de Morosidad y de Contrato de Transporte, contempladas en los últimos Acuerdos con los cargadores”.
El reelegido presidente de CONETRANS animó a los más de 150 delegados de todas las asociaciones territoriales presentes en la Asamblea a “erradicar el desánimo y los valores negativos que a nada contribuyen, pues sólo desde la crítica, la construcción y el trabajo podemos dar respuesta a todos los retos que nos aguardan”.
LA DENUNCIA
Ante el director general de Transporte Terrestre, Manel Villalante, quien clausuró el acto, Ovidio de la Roza denunció la “poca atención que se presta a nuestro sector, por la gran mayoría de administraciones públicas. Sabemos que tenemos que adaptarnos a los nuevos retos: tecnologías, intermodalidad, formación, innovación e internacionalización, pero es muy difícil hacerlo sin ayuda”.
El presidente de CONETRANS anunció que “nos opondremos a que se nos incremente la fiscalidad y la discriminación respecto a otros modos de transporte que nos no han demostrado –como sí lo ha hecho la carretera- su eficacia. Esto lo pagará la economía española que se basa en la eficiencia del transporte de mercancías por carretera”, y denunció que se quiera gravar aún más la fiscalidad de los hidrocarburos y eliminar “el gasóleo profesional que tanto nos costó conseguir”.
LA MODIFICACIÓN DE LA LOTT, ANTES DE QUE TERMINE LA LEGISLATURA
El director general de Transporte Terrestre, Manel Villalante, avanzó que tanto la reforma de la LOTT como los reglamentos que la desarrollan estarán listos antes de que finalice la actual legislatura. “En pocos días pasará la primera lectura en el Consejo de Ministros, y en semanas se llevará a las Cortes”, aseguró Villalante. Una noticia excepcional, sin duda, por cuanto todas las previsiones indicaban la práctica imposibilidad de realizar la reforma antes del mes de marzo de 2012, como consecuencia de los trámites administrativos que precisa la modificación de una ley.
EL COMPROMISO DE FOMENTO
El director general de Transporte Terrestre, Manel Villalante afirmó que Fomento cumplirá con su parte, para que el diálogo entre cargadores y transportistas (en el marco de los recientes acuerdos firmados el pasado 19 de abril) fructifiquen, de “forma que los costes del transporte repercutan de forma homogénea y equitativa en toda la cadena del transporte, y para ello hay que mejorar la competitividad de toda la cadena logística”. No es lógico, a juicio del director general, que no se hayan respetado los acuerdos de 2008 sobre la aplicación de la cláusula de revisión de los precios del transporte.
EL LASTRE DEL COMBUSTIBLE
En opinión del director general de Transporte Terrestre, Manel Villalante, la complicada situación de la economía española afecta de forma especial al transporte de mercancías por carretera, “aunque existen indicios reales de recuperación, en cuanto a la carga aérea, el movimiento en los puertos y el incremento de las exportaciones”. “El problema –añadió- es que el precio del combustible está lastrando y enmascara la recuperación del sector, un sobrecoste que no se repercute, debido a su debilidad estructural; el sector precisa tener más músculo y dimensión para no ser el eslabón más débil”.