Esta reducción de recursos ha provocado a su vez una grave disminución del nivel de competitividad del colectivo formado por los trabajadores autónomos y en consecuencia de buena parte de la estructura empresarial española.
Ante la perspectiva de que en un futuro pudiera llegar a desparecer la financiación actual la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) se ha ofrecido al Gobierno para negociar la aplicación de una cotización especial de un 0,1% de las cuotas a la Seguridad Social a este fin. Esta cotización llegaría a representar una recaudación anual cercana a los treinta millones de euros, lo que significaría un cambio sustancial en la capacidad de preparación y adaptación de este colectivo.
Todos los sectores de autónomos estarían dispuestos a este esfuerzo con el fin de asegurar que los más de trescientos mil nuevos autónomos que se dan de alta cada año en el Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Propia, puedan acceder a la formación y ayudar a que se mantenga en el futuro este tejido empresarial y laboral básico en el desarrollo de España.