
Esta propuesta quiere desarrollar un plan de inversión para las autopistas de peaje maduras de unos 1.300 millones de euros al año y la implantación de peajes en autovías, ahora gratuitas, para ingresar hasta un máximo de 10.000 millones de euros.ASTIC ha declarado que dicha propuesta busca un aumento en la recaudación, sin tener en cuenta los costes derivados de esta medida.
Un incremento en el número de peajes no sólo provocaría un castigo a los bolsillos de todos los españoles, sino que también supondría una caída en la competitividad de sectores fundamentales como el del transporte por carretera.
Aseta ha asegurado al gobierno que esta medida generaría unos 24.000 puestos de trabajo, pero no tiene en cuenta los más de los más de 500.000 empleos directos que genera el sector del transporte por carretera y que con este tipo de propuestas verían muy complicada su continuidad.