
El proyecto persigue reducir el desperdicio mediante la prevención y el impulso de prácticas de eficiencia y aprovechar más el excedente mediante la optimización. Se trata de un esfuerzo que afecta a toda la cadena productiva del sector y que demanda la implicación de la Administración pública para concienciar a la sociedad y de los bancos de alimentos para que se optimice la llegada al consumidor final.
Las empresas firmantes se comprometen a impulsar en sus organizaciones un decálogo de buenas prácticas para reducir el desperdicio alimentario.
En estos momentos, en España viven 9 millones de personas en situación de pobreza, personas que para comer dependen, en buena medida, de los Bancos de Alimentos. A nivel europeo, nuestro país ocupa el primer lugar en actividad de Bancos de Alimentos. España cuenta con 54 Bancos de Alimentos que mueven 104 millones de kilos al año.