La seguridad es una prioridad máxima en el transporte. La elección del neumático adecuado es uno de los factores claves para garantizar dicha seguridad, teniendo en cuenta la meteorología de las zonas por las que van a circular los vehículos. En caso de condiciones invernales adversas; el frío, la nieve y la lluvia suponen el mayor reto para los neumáticos y, a menudo, ralentizan e incluso detienen el tráfico, con penalizaciones económicas por los posibles retrasos y, en el peor de los casos, accidentes con víctimas y pérdida del vehículo.
En España, no hay normativa general sobre neumáticos de invierno. Tanto las cadenas o bien los llamados neumáticos especiales son obligatorios cuando lo indiquen las señales de tráfico o las autoridades para poder circular en estas situaciones difíciles. La Dirección General de Tráfico establece un código de colores en las carreteras para determinar las restricciones y limitaciones a la circulación para cada tipo de vehículo en función de las condiciones de la vía y el estado del tráfico. El nivel amarillo indica calzadas que comienzan a cubrirse de nieve, mientras que el rojo avisa de carreteras cubiertas de nieve o hielo.
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