
Para ello, los investigadores trabajan para crear el motor menos contaminante posible, con las mismas prestaciones que el diesel. La dificultad está en que, hasta el momento, ninguna alternativa ofrece lo mismo que lo que ya existe: si es un motor eléctrico, los inconvenientes son múltiples y variados, empezando por la autonomía. Si hablamos de los biocombustibles, se trata de rendimiento.
En definitiva, el desafío que plantean los nuevos vehículos es muy grande: estamos a la espera de que la demanda acepte pagar más por un producto que no garantiza las mismas prestaciones que los vehículos con motor de combustión, pero también los usuarios tienen que ser conscientes de que no se puede seguir usando el actual sistema de locomoción, sobre todo a este ritmo.
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