El pasado año (ya saben, semana sí, semana también) emitimos deuda por valor de 65.000 millones de euros, cifra impresionante pero un 45% más baja que en el año precedente, en el que se alcanzaron prácticamente los 119.000 millones.
El problema no es que se compare nuestra deuda con la de otros Estados (resulta ser más pequeña en muchos casos), si no que no podemos soportarla, y que gran parte de la misma se destina a pagar los vencimientos de las anteriores.
Por otra parte, está la tasa de paro. De acuerdo con varios organismos, entre los que citamos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), España necesitará todavía tres lustros para volver a la situación de paro anterior a la crisis; hasta 2013 este parámetro no comenzará a mejorar. Estos cálculos son similares a los del FMI, quien rebajaba además el crecimiento de nuestro PIB para el presente año muy por debajo de las previsiones de nuestro optimista gobierno.