
Ahora mismo estamos viviendo un momento muy variable, no hay consistencia de nada. Lo mismo tenemos un pico de trabajo que estamos todos parados. Hay una inestabilidad total. Y llevamos más de un año así. Jesús Ángel reconoce que el trabajo no falta, pero hay unas pausas exageradas.
Así las cosas, resulta muy complicado planificar trabajo y pensar en el medio y largo plazo. Hacer planes es superdifícil: entre el trabajo que está así, los problemas que tenemos del gasoil (su precio está en escalada ascendente), las autopistas aquí en La Rioja (están obligados a hacer uso de la autopista AP-68 y tienen prohibido el paso por la N-232) y los conductores, que no hay, tenemos todo a nuestro favor dice con ironía.
Jesús explica que hemos trabajado algo más que junio del año pasado, pero ha sido un mes normal. Lo calificaremos de decente, está dentro de la normalidad.
La subida del precio del gasóleo la están afrontando como pueden: como no podemos competir, los precios del transporte son muy difíciles subirlos
lo único es que, como hay escasez de camiones, estamos rechazando viajes que no nos compensan. Con los clientes hablamos y le explicamos la situación, pero, hasta que no vean que se quedan sin camiones, no quieren saber nada. Están aguantando todo lo que pueden, y nosotros estamos ahí, con la cuerda tensa a ver hasta dónde llegamos.
Las restricciones a la carretera nacional 232 y la obligación de pasar por la autopista de peaje AP-68 lo llevan como pueden: ya lo tenemos asumido, es un coste más que nos han metido: y es un coste económico, un coste de tiempo y de todo. Ahora hay que planificar mucho más: no es que sea tan cara la autopista, pero lo que nos afecta es el rodeo que tenemos que dar, los kilómetros extra que tenemos que hacer para cogerla. Y, sobre todo, el tiempo que perdemos.
Revista Transporte Profesional