
Vamos a comentar los cambios más significativos en el transporte de mercancías por carretera en los últimos 28 años. ¿Qué le parecen los que se han producido en cuanto a tecnología se refiere?
Si hablamos de tecnología e innovación, en una etapa tan larga, los cambios han sido sustanciales. Nada se parece tecnológicamente a lo que había, en todo, en diseño, tecnología, calidad, medio ambiente, seguridad, comodidad para el conductor. Desde el punto de vista técnico las marcas han hecho una importante labor y la siguen haciendo.
“Hoy hay que apostar por la tecnología, por la formación, por la calidad de servicio, el aseguramiento del cliente y la defensa de los precios”
¿Y por lo que respecta al propio sector, a la mentalidad de las personas que lo integran?
El empresario tradicional español, tanto el que ha trabajado en el seno familiar (en la mayoría de los casos), como en grupos de empresa, autónomos, etc., tiene mi admiración. Tengo que decir que valoro muchísimo el esfuerzo personal -muchas veces autodidacta-, de gente que empezamos -me cuento entre ellos- con poco medios, con mucha penuria y con gran amplitud de miras, pero también con una capacidad y una voluntad de hierro, luchando, venciendo dificultades, innovando…y esto se nota mucho más en la última década. Sin embargo, si nos adentramos en la reciente crisis, en estos últimos tres años el concepto es totalmente distinto. Saldremos de la crisis, pero (lo he dicho muchas veces) ya nada va a ser igual.
Hoy hay que apostar por la tecnología, por la formación de la gente, por la calidad de servicio, el aseguramiento del cliente y la defensa de los precios; por las relaciones positivas del transporte por carretera respecto a la intermodalidad.
Tal parece que el sector tiene aún muchas asignaturas pendientes.
Y es así. Tanto con el Ministerio de Fomento y otras administraciones, como con nosotros mismos como empresarios. Pero yo veo un futuro claro, en el que debe primar la defensa a ultranza de un sector vital para la economía española, que en estos momentos tiene agresiones de todo tipo. Que tiene que ser el líder como lo ha sido siempre en el movimiento de mercancías y eso nos va a llevar a una “codificación”, por decirlo de alguna manera, distinta. Las empresas tienen que apostar más por la internacionalización y por la fusión y concentración. Hay que defender el transporte desde la base sólida de comprar camiones, pagar nóminas, pagar gasóleo y que funcione. Que la cadena no tenga esta degradación permanente, donde cada uno hace lo que puede, para acabar en muchos casos en la ruina.
“Debemos ser más agresivos en cuanto a la colaboración entre empresas”
¿Continúa siendo el sector el principal enemigo del propio sector?
Ha cambiado, pero muy lentamente, sobre todo ahora, en época de crisis. Las posibilidades de cada uno en cuanto a potencia, poder de repercusión y presencia en el mercado, influyen drásticamente en una parte del sector que incluso puede estar empeorando. Llega un momento en que la gente, en lugar de defender sus costes, sus derechos, necesita trabajar más y llevar el sueldo a su casa y pagar la letra.
Esto destroza el mercado de la mitad de la cadena hacia abajo. No obstante, vengo observando desde hace unos seis u ocho meses (y tampoco es que sea algo matemático al cien por cien), que como consecuencia de los desvíos de gasóleo, de empresas en pérdidas, mercados caídos, el transportista comienza a “ponerse en su sitio”, aunque no con carácter general. Ahora mismo se empieza a negociar con el cliente, diciéndole: “esto no te lo puedo hacer”; “esto vale tanto más”, y se ahorra y optimiza donde se puede. En definitiva, la gente empieza a vivir la profesión de otra manera.
“Valoro muchísimo el esfuerzo personal -muchas veces autodidacta-, de gente que empezamos con poco medios, con mucha penuria y con gran amplitud de miras, pero con voluntad de hierro, luchando y venciendo dificultades”
Los acuerdos con Fomento
Hablemos del presente. La CETM ha presentado al ministro de Fomento un amplio Plan de medidas que es preciso afrontar con la máxima urgencia. ¿Qué respuesta espera del Ministerio en particular, y del Gobierno (puesto que atañen a otros Departamentos) en general?
El ministro, en mi opinión, es inteligente y políticamente correcto, por lo que estoy convencido de que llegaremos a acuerdos en temas concretos en un futuro cercano.
En la relación con otros ministerios hay temas que son complejos y que jugaremos a éxito en lo que podamos. Lo que reclamaremos es el apoyo razonable –como ya lo está haciendo- del Ministerio de Fomento, en aquellos capítulos en los que deban intervenir Trabajo, Hacienda u otros departamentos.
Debemos normalizar un mercado de transportes que por la disfunción de legislaciones tiene una estructura de costes absolutamente kafkiana. Hablamos de temas complicados (módulos, IAE, etc.) que será preciso analizar debidamente y con calma, pues debemos ir a costes objetivos y reales para todo el que esté en el sector.
Creo que la política de esta casa está perfectamente clara, estamos muy bien identificados después de todos los movimientos que ha habido en el Ministerio -tampoco presumimos de ello- pero estamos en una línea de coordinación perfecta, aunque sea transitoria, porque al gobierno le queda lo que le queda.
“La morosidad es alarmante y existe también dentro del propio sector”
Un primer paso ha sido el acuerdo en cuanto al Baremo Sancionador. ¿Está satisfecho del resultado?
Es cierto que hemos perdido un tiempo precioso, entre otras cosas motivado por la Directiva europea, pero al final se ha hecho un gran esfuerzo y se ha conseguido optimizar las cosas en cuanto a costes, tiempos de conducción y descanso. Hay unas reducciones del 30-35% con carácter general; se eliminan determinadas sanciones que dañaban; hay un aumento del descuento por pronto pago (del 25% al 30%), se amplía el plazo de pago voluntario de 15 días a un mes. De todas formas, nos quedamos con dos espinas: la primera es que en consonancia con Seguridad Vial, el descuento debería ser del 50%; la segunda es la responsabilidad objetiva, no ya de manera genérica –como pretendíamos- sino selectivamente, en puntos clave en los que la responsabilidad del conductor es manifiesta. No obstante, seguiremos insistiendo.
¿Cuándo cree que se aplicará definitivamente el II Acuerdo General?
Ya se ha tenido la reunión previa con los sindicatos y con la patronal en la Dirección General de Trabajo. El Acuerdo está firmado. Se le ha enviado el dossier de lo que se ha hecho y estarán valorándolo.
Si todo va como se espera, porque no rompe la legislación europea, lo que hace es cambiar el decreto español, podría estar listo en menos de dos meses. A partir de ahí empieza una labor de años, porque hablamos de un concepto nuevo de negociación colectiva y también de costes y de unificar criterios, pero yo creo que puede ser un instrumento, a medio plazo, para poner el sector en orden.
Asfixia financiera
Aparte de los que ha señalado, ¿cuáles son los problemas más significativos que tiene el sector en estos momentos? Financiación, morosidad, fiscalidad, precios…
En este momento, desgraciadamente, el mayor problema es la asfixia financiera que tienen las empresas. La “revolución” que se está produciendo con las Cajas de Ahorro y entidades de crédito está poniendo contra las cuerdas al sector, al que quiere renovar una póliza y no se la dan. Se podría ayudar al mercado y generar tímidamente empleo e inversión, pero no se hace.
Por otra parte, la morosidad existe y de manera alarmante. Dependiendo de la dimensión, de la fortaleza de las empresas, afecta fundamentalmente al más débil de la cadena, al autónomo. Y existe también en el propio sector: yo te doy trabajo y no te lo pago. Hay que señalar, no obstante, que la morosidad es prácticamente testimonial cuando existe un contrato por enmedio y se puede aplicar la cláusula de revisión automática (aunque siempre llevas un decalaje, que significa pérdidas).
El problema de la morosidad está en la parte baja, la más débil, de la cadena de transporte con respecto a los clientes. Me cuentan que en la construcción están renovando pagarés a 180 días, pero ahora mismo el Estado es el mayor moroso, indirectamente, que tiene nuestro sector.
¿Hasta dónde podrán aguantar las empresas si persiste la subida de combustible?
El mercado petrolífero está revuelto, no faltaba más que las economías emergentes, con mucha fuerza de crecimiento (10%, refiriéndome a China, India, Brasil…) estén tirando de los combustibles y que la economía en Europa empiece a crecer, con el resultado inmediato de un encarecimiento del crudo. Nuestra desgracia es que no tenemos combustible, aunque se vaya a “parchear” el problema de la energía nuclear.
Si a esta situación le unimos los conflictos del Magreb y de Oriente Medio, se romperá el débil equilibrio que teníamos, con funestas consecuencias para nuestra economía y el transporte. Hemos pedido, por otra parte, la supresión del céntimo sanitario de forma definitiva.
También estamos tratando de que se homologue y armonice la fiscalidad europea de los combustibles, pero no va a ser fácil defenderlo en Europa, con las bases impositivas que tenemos. Ahora mismo el gasóleo está carísimo (de 1,25 a 1,30 euros por litro), pero ya se están viendo rótulos, por ejemplo en Alemania con precios aún más elevados.
Flotas inutilizadas
En el pasado han desaparecido cerca de 9.000 empresas de transporte. ¿Cómo se presenta 2011? ¿Podríamos tener el mismo problema?
Me puede parecer incluso escasa esa cifra, pero realmente ése no es el problema. La desaparición es grave; ahí está y seguirá creciendo. Hay un problema de mayor calado. En los últimos tres años muchas empresas han tenido del 25% al 70% de sus flotas inutilizadas y el impacto que esta situación produce en el mercado es infinitamente mayor.
De todas formas, la tendencia de nuestras empresas -tal y como he dicho antes- es a la concentración y la internacionalización, aunque en los dos próximos años seguiremos asistiendo a desapariciones de empresas.
En defensa del autónomo
¿Cómo va a soportar el autónomo los embates de lo que queda de crisis?
El autónomo forma parte de la cadena y yo le defenderé siempre; debe trabajar dignamente en cualquier empresa y ganarse la vida. Lo que no se puede hacer es contratar a autónomos para seguir sangrándolos y pudrirlos, que es el 95%. Es decir, yo contrato portes a precio barato, porque me los hace el autónomo; contrato a 100 y pago a 90. No tengo ningún tipo de coste y gano dinero.
No, el tema es al revés: ¿usted es transportista?, ¿usted paga sueldos?, ¿invierte en tecnología?, ¿paga gasóleo? Pues póngale precio, y de ahí que traslade decentemente al autónomo el resultado, para que el autónomo sea feliz y viva. No se puede abusar de la gente miserablemente, para que al final hundas tu proyecto, te desacredites, hundas al autónomo y lo dejes en la miseria.
Los cargadores y el mercado
¿Cuándo se va a mantener una reunión con los cargadores y qué se les va a exigir?
Dentro de poco tendremos un encuentro en el que se sentarán a la mesa clientes importantes y dignos. Como concepto, puede decirse que esta reunión será un revulsivo; sin embargo, es probable que solo sirva para “cargarnos las pilas”, para reforzarnos, para hablar de qué puede ocurrir si se quedan sin servicio, pero realmente el problema de los cargadores no va estar en esa mesa.
El problema de los cargadores es el propio mercado, el que tiene siete cargas y las revende; la fábrica que oferta veinte servicios a la semana o al mes, y busca sólo el precio en el transporte. Ahí es donde está el problema. No obstante, en esta reunión, donde estará el Ministerio de Fomento tendremos que poner en solfa las necesidades reales, profundizar en lo bien que se han hecho algunas cosas y mejorar donde se pueda; pero también debemos crearles una dinámica de preocupación, de mentalización, que sepan que con sus actuaciones podemos encontrarnos de nuevo con situaciones no deseadas por nadie.
El transporte es la cadena dinámica de la distribución día a día en toda España. El camión es el tránsito de la producción al consumo, y eso tiene un valor y un precio justo.
“No se puede contratar a autónomos para seguir sangrándolos”
¿Cómo va a ser la estructura del sector en un futuro próximo. ¿Grandes compañías con autónomos a su servicio? ¿Van a desaparecer las pequeñas y medianas empresas? ¿Se van a producir fusiones o absorciones?
Donde hay afinidades (hablo de mis colegas en cisternas o portavehículos), cada día se profundiza más en optimizar costes, en complementar cargas, en tener un tratamiento digno, no especulativo. Sin embargo, en mi opinión esta línea de actuación se queda un poco escasa, deberíamos ser más agresivos. Si, por ejemplo, se decide fusionarse con otras empresas, deberemos olvidarnos de las individualidades. Hay que tener un consejo de administración, sí, pero también sería necesario contar con equipos técnicos solventes -incluso de la calle, no del ámbito familiar- que dirijan la empresa. Será un proceso largo, sin duda, pero creo que vamos en la dirección correcta.