¿Por qué ha decidido formar parte del equipo fundador de la asociación CETM Multimodal?
“TCS Trans fue una de las empresas pioneras en el transporte intermodal en España. Empezamos a utilizar la intermodalidad en 1976, cuatro años después de que se crease la red TECO de Renfe, y cuando eran aun muy pocas las terminales que estaban en funcionamiento. Desde entonces, no sin superar muchas dificultades, no hemos dejado de crecer en esta modalidad de transporte hasta el año 2007 en que la tendencia se truncó debido a una política comercial equivocada por los entonces gestores de Renfe a consecuencia de la liberalización del sector. A finales del año 2008, a la caída de actividad provocada por la ineficaz gestión del hasta entonces único operador ferroviario existente en España, se unió la crisis económica que aún estamos soportando. Desde entonces, y con muchas dificultades, estamos manteniendo el nivel de actividad pero creemos que las cosas se pueden hacer mejor.
También somos socios fundadores de COMBIBERIA y, aunque empresa de carretera, siempre hemos creído en la intermodalidad y las oportunidades que brinda al transportista de carretera.
La creación de CETM Multimodal es una iniciativa de CETM que aplaudimos desde el inicio de su gestación y que creemos que puede ayudar a desarrollar una modalidad de transporte que es muy distinta al transporte por carretera porque depende de diversos factores que escapan al control del operador. El papel fundamental de CETM Multimodal está precisamente en allanar todas esas dificultades con las que se encuentra el transportista, a la vez que actuar como lobby en colaboración con los cargadores para conseguir los apoyos necesarios por parte de las Administraciones Públicas”.
¿Cuál es el gran reto del transporte multimodal en nuestro país?
“El principal reto es el de crecer, desarrollarse, pero para eso se requiere una acción orientada a diversos objetivos: por una parte, un apoyo a las iniciativas privadas que apuesten por esta modalidad, brindando asesoramiento, contactos con operadores, buscando alianzas que permitan la optimización de medios, etc. Por otro lado, colaborando con la Administración Pública para que facilite el desarrollo de las iniciativas privadas, a la vez que impida que se produzcan acciones que dificulten la libre competencia. También analizando y proponiendo inversiones en infraestructuras que permitan una mayor competitividad del sistema, así como una normativa favorable y equiparable a la de los países que mayor éxito han tenido en este campo”.
En su opinión ¿cuáles son las principales cortapisas para que esta actividad despegue definitivamente en nuestro país?
“Son varias: una de ellas, el temor de los propios transportistas que aún ven la intermodalidad como una amenaza en lugar de entenderla como una herramienta de desarrollo. Otra es la barrera de entrada que supone disponer de equipos específicos para la utilización del ferrocarril y de una red de medios para acarrear los contenedores o las cajas móviles en las diversas terminales. Está también la falta de infraestructuras competitivas y comparables a las que disfrutan nuestros colegas de la Unión Europea. Otra podría ser una normativa legal no suficientemente orientada al impulso de la intermodalidad y discriminatoria respecto a nuestros vecinos europeos. Existe una dependencia excesiva de ADIF que no está suficientemente enfocado a la finalidad que debería tener como infraestructura de uso público y de desarrollo económico. Otra causa que veo es una política cortoplacista por parte de RENFE que está demasiado ocupada en lograr un resultado económico positivo en el corto plazo y no pensando en el crecimiento y la consolidación a largo plazo. Y, por último, pero no menos importante, una cierta dejadez por parte de las sucesivas Administraciones Públicas que no han atajado a tiempo todas las cuestiones expuestas”.
¿Quién tiene más responsabilidad en este sentido: las Administraciones Públicas, las empresas de transporte, los cargadores…?
“Evidentemente, todos tenemos nuestro grado de responsabilidad. Las Administraciones Públicas, porque han priorizado inversiones más rentables desde el punto de vista mediático como ha sido la alta velocidad; los transportistas, por mantener una actitud cómoda no buscando alternativas al transporte de toda la vida, y los cargadores porque han abusado de su posición dominante consiguiendo siempre las mejores condiciones económicas por parte de sus proveedores de transporte y no impulsando otros modos, lo que ha llegando a poner a los transportistas de carretera en una situación crítica como la actual.
En cualquier caso, si nuestros países vecinos han conseguido un mayor desarrollo de esta modalidad de transporte, mi opinión personal es porque sus dirigentes políticos lo han impulsado con mayor firmeza y acierto, tanto a nivel de normativa e inversión en infraestructuras como en la gestión de las empresas públicas”.
¿Qué porcentaje de actividad representa el transporte multimodal en su empresa? ¿Existen proyectos de aumentarlo? ¿De qué forma?
“Actualmente en TCS Trans, el transporte intermodal supone las dos terceras partes de nuestra facturación, siendo la carretera solamente el 33% de la actividad. En estos momentos estamos trabajando con distintos proyectos nacionales e internacionales en los que tenemos puesta mucha ilusión, veremos a ver si conseguimos sacarlos adelante. De todos modos, la coyuntura actual no es la más favorable para lograr el crecimiento”.