Pero, ¿es realmente así?, y más concretamente, ¿quieren los jóvenes trabajar como conductores profesionales?
Todo parece indicar que es así. Visto desde corta distancia, los datos parecen decir que cuando una persona puede elegir entre ésta y otra actividad laboral, finalmente elige la que no corresponde a nuestro sector y menos aún todavía la de conductor. Sin embargo, cuando miramos con detenimiento lo que sucede en nuestro sector, las cosas no parecen así.
“Hay que trabajar por la promoción, el reconocimiento y la revalorización de la profesión del conductor”
¿Qué quiere decir? ¿Cree que es atractivo nuestro sector y esta profesión?
Salvando la actual circunstancia de profunda crisis económica y social en la que actualmente nos desenvolvemos, hemos de significar que el sector del transporte por carretera, y toda su actividad logística asociada, representa y, seguirá representando, un vital motor económico de servicio y de empleo para el futuro desarrollo de nuestro país.
Pero hay que introducir importantes cambios, entre ellos mejorar la formación profesional del sector, especialmente la del conductor, como elemento humano más numeroso en el sector y como el recurso necesario para la mejor prestación del servicio.
¿A qué cambios se refiere?
Fundamentalmente, trabajando intensamente con los jóvenes. Estudios realizados por la CETM(Libro Blanco de la Formación Profesional del Transporte), arrojan datos de que muchos jóvenes, de entre 18 y 20 años, manifiestan sólidos motivos para acercarse al transporte, y más concretamente a la profesión de conductor.
Se declaran atraídos por estos vehículos y, para muchos de ellos (generalmente ya inmersos en familias de transportistas), les posibilitaría poder continuar con la profesión familiar. Además, muchos de los jóvenes cuestionados ven esta profesión de conductor como una posibilidad de acceso a la autonomía personal y económica, así como una alternativa válida para la independencia individual.
Entonces, ¿por qué durante los últimos años la escasez de conductores supuso un asunto de difícil solución?
Todo ha ido ligado a un crecimiento general de la economía en la que se ofrecían otras posibilidades laborales. Además, teníamos unas barreras cualitativas y económicas que frenaban la entrada a la profesión, tales como los costes del permiso de conducir, los tiempos y las condiciones de obtención de los permisos, así como el ya obligatorio CAP (Certificado de Aptitud Profesional), que inicialmente supone una importante barrera económica.
Ahora que además el servicio militar no es un vivero de conductores, se deberán orientar los escasos recursos públicos y modificar las actuales políticas erráticas de Formación. Además, deberemos mejorar las cuestiones socio-laborales-económicas poco colaboradoras que hay en el sector, que en muchos casos frenan y desaniman a continuar en la profesión (calendarios y horarios laborales poco amigables, largos períodos lejos de amigos y familiares, etc.), y corregir la Imagen de la Percepción Salarial “desequilibrada” frente a los esfuerzos y el trabajo.
En cualquier caso, atraer a los jóvenes a la profesión de conductor no parece una sencilla tarea…
Tendremos que ofrecerles un mejor desarrollo profesional, en base a las posibilidades tecnológicas (gestión de flotas, acceso a la oferta digital, etc), facilitarles la preparación en idiomas, en el conocimiento de actividades diferentes, así como hacerlos partícipes de su protagonismo dentro de las nuevas prácticas y operacionales de servicios logísticos.
No tenemos otra opción que poner en marcha firmes políticas de atracción al sector. Diseñar y potenciar una FORMACIÓN PROFESIONAL ligada a una cualificación adaptada a las necesidades del mercado (FORMACIÓN – CUALIFICACIÓN – EMPLEO). En otras palabras, hacer una Formación Profesional que posibilite una Capacitación y Cualificación adecuada y conforme a las demandas del mercado de trabajo.
¿Qué se está haciendo actualmente al respecto?
En los Acuerdos del Consejo de Ministros, entre la Administración General del Estado con el Comité Nacional del Transporte por Carretera de junio de 2008, se adoptaba el compromiso de abordar en el ámbito de la Formación Profesional la creación de un Ciclo Formativo de GRADO MEDIO PARA CONDUCTORES DE TRANSPORTE.
Este título, que estará inmerso dentro del mismo Sistema Nacional de la Formación Profesional, y que posibilitará el acceso a los jóvenes en la temprana edad de 17-19 años, recoge una serie de Módulos Formativos fundamentales para generar el atractivo, la captación y el desarrollo de la actividad: Tecnología de los vehículos de transporte; Conducción racional; Actividades del transporte terrestre; Operaciones logísticas, Servicio de transporte; Inglés profesional; Prevención de riesgos laborales; Formación y Orientación Laboral; Empresa e iniciativa emprendedora, y, finalmente, unas Prácticas profesionales no laborales, a realizar dentro de las empresas del sector.
¿Qué titulaciones y permisos se obtendrán con esta formación?
En este período de formación, cada uno de los jóvenes participantes en la misma podría obtener o estar debidamente preparado para obtener una serie de Permisos, Licencias o Habilitaciones Administrativas, destacando las siguientes: Certificados CAP (Mercancías y Viajeros); Permisos de Conducir (Furgoneta, Camión y Autobús); Autorización ADR (transporte de mercancías peligrosas); la Autorización de Transporte de animales vivos; el Conocimiento y Manejo de Carretillas elevadoras; la Formación y diploma en Prevención de Riesgos Laborales Básico, y una completa Formación en Simuladores de Conducción de Básicas y Altas Prestaciones.
¿Cuál estima que será el impacto en la profesión y en el sector profesional?
Los impactos generados en tal formación conseguirían por sí mismos impulsar la formación en el sector del transporte por carretera para fomentar un sector más profesional y competitivo, que proyecte una mejor imagen y un mayor atractivo para todos, pero muy especialmente para la conducción y la juventud.
Estamos convencidos de que implantar esta titulación, orientada a todos esos jóvenes inclinados a acercarse a nuestro sector generaría una potenciación en la Imagen Sectorial, una mejora en las cifras de la Seguridad vial, una posibilidad cierta de atractivo Laboral y, finalmente, una apertura a la hoy olvidada presencia del sector del transporte y la logística dentro del Sistema Educativo.
En otras palabras, trabajar por la promoción, el reconocimiento y la revalorización de la profesión del conductor y su papel fundamental en la proyección y percepción de la imagen del sector. Y en la misma línea, mirar por Atraer, Desarrollar y Mantener en el sector a un buen número de jóvenes profesionales para el ejercicio de la actividad de conducción.
Personal e intransferible
Miguel Martínez de Lizarrondo (nacido en Pamplona) es psicólogo, titulado Europeo Especialista en “Trabajo Organizaciones y Recursos Humanos”. Llegó en el año 1987 al transporte a poner en marcha el sistema formativo de la Capacitación Profesional. Entre sus aficiones, destaca por encima de todo su familia.
“Mi hijo Daniel y el Rugby; mi hija Ana y el Baloncesto, y mi mujer Elena y el padel (toda una campeona). Además, me gusta mucho el ajedrez, deporte del que soy sólo un gran aficionado. He tenido la fortuna de jugar (y perder) en partidas simultáneas contra los 3 últimos campeones del mundo: Kasparov, Anand y Topalov”, comenta.
También se considera “Torísta”, en tanto que “miro más el comportamiento y trapío del animal. De los toreros, me gusta uno sobre todos ellos, José Tomás”.