¿Cómo se trata al vehículo industrial dentro de su asociación?
En los últimos dos años, estamos reforzando el sector del industrial para potenciarlo con una comisión técnica que tenemos que hacer, con alguien que nos apoye para llegar al Ministerio de Industria con algún proyecto de achatarramiento o la aplicación de un plan PIVE para el vehículo industrial, porque nos hace falta. Estamos en una situación crítica ahora mismo, ya que no nos hacen nada de caso. Este plan fomentaría que se renovase el parque. Las marcas están enfocando el futuro por diferentes vías: motores híbridos, de gas…pero lo que debemos tener en cuenta es que hay mucho vehículo antiguo en el parque que hay que renovar y vamos a estar muy pendientes de ello. Iremos de la mano con otras asociaciones implicadas para hacer fuerza, porque si no, solamente nosotros, nos van a hacer muy poco caso.
¿Qué beneficia al transportista la existencia de un paquete todo-incluido frente a la compra tradicional de un vehículo?
En ese sentido, estamos en manos de los fabricantes. Son ellos quienes marcan las pautas en cuota, contratos de mantenimiento, valor residual…Ahí, el concesionario sólo es un puro trámite.
¿Cree que el autónomo del transporte está condenado a desaparecer?
No del todo, pero va a dar un giro bastante considerable. No tiene cargas directas, tiene que cargar a través de las flotas. Existe porque le gusta su profesión, no porque sea rentable. El vehículo de segunda mano está destinado a desaparecer con el modelo renting y el modelo que se recoge con vehículos con 20-30 meses y 36 meses. No tenemos un vehículo de cinco y seis años que dé una referencia de venta. Estamos pasando una situación bastante complicada con los vehículos con más de 500.000 kilómetros.
Los cargadores son los que deciden qué combustible alternativo se va a utilizar
¿Qué posibilidades hay de que veamos pronto camiones autónomos?
No lo veo ni a corto ni a medio, lo veo a muy largo plazo. No tengo una bola de cristal para ver un vehículo industrial que se conduzca solo. Sí se están viendo pruebas en el sector de obras, pero siempre en un circuito cerrado.
Sobre vehículos eléctricos, híbridos o movidos con energías alternativas ¿qué futuro se ve desde Ganvam?
El primero que ha pegado un gran impacto en el mercado ha sido el gas natural. Pero no hay suficientes puntos de recarga en Europa. Y con los conocimientos que tenemos de los vehículos híbridos, son para el ámbito interurbano. Pero el gas, en la gama de pesados, se está desarrollando para tractoras. De momento, ni híbridos ni eléctricos tienen cabida. Circulando en pruebas sí hay, pero ahora mismo, que estén puestos en marcha, no. Y en el mercado de segunda mano, aún no existe. Hasta que los cargadores no se posicionen en este punto, no habrá oferta disponible. Son ellos los que demandan esos tipos de vehículos, y luego es el transportista el de los pone en ruta. Hay marcas que optan por un modelo alternativo y otras, por otro.
¿Qué opina de las restricciones que ha puesto España para el acceso al mercado respecto a los vehículos y su antigüedad?
El Reglamento de Ordenación de los Transportes Terrestres (ROTT) ha igualado al ámbito europeo y ya se está notando en el tema de los cursos para los transportistas, a los que pueden acceder a las tarjetas de transporte comprando un vehículo nuevo y obteniendo el título CAP. Ahora ya no se puede sacar cualquiera un curso de transportista; debe tener un título de Bachiller o un grado de Formación Profesional. Todo lo que se está poniendo en la normativa, lo ponen como “coletilla”, pero lo que se está invirtiendo a riesgo, la persona que está comprando un vehículo, lo está comprando nuevo. Ahora mismo no hay vehículos de cinco meses en los concesionarios, ni de un año. Hay con dos años, siempre que sea más moderno que el que va a entregar el comprador.
Ahora mismo, no hay ningún vehículo de ocasión de cinco meses.
¿Cómo ha cambiado el sector del vehículo industrial en los últimos años?
Cada vez tenemos que estar más implicados en nuestro trabajo porque la rentabilidad de este negocio es cada vez menor. Yo empecé con 23 años, tengo 56 y ahora estoy más pendiente del negocio que entonces. Cuando yo empecé todo era más funcional, profesional…hoy todo es precio y cuota. El producto ya no importa, porque la conversación gira en torno a las preguntas de ¿cuánto vale? ¿cuánto tengo que pagar? y ¿cuál es el valor residual? Estamos todos muy pendientes de la rentabilidad, pero los concesionarios estamos detectando que todo lo demás se está perdiendo.
Personal e intransferible
Tengo dos concesionarios de camiones: uno de vehículos ligeros y participaciones en otro con un 20%. Eso significa que no tengo tiempo libre. Aún así, consigo sacar algo de tiempo para salir a correr. Mi marca está en hacer 15 kilómetros en una hora y 15 minutos. Me gusta hacerlo antes de empezar el día, para luego estar al 100% en mi trabajo. Tengo que “descontaminarme” de la presión que tiene este sector.
Revista Transporte Profesional