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Sábado, 25 Enero 2025

    Declaraciones de Miguel Martínez de Lizarrondo, director general de la CETM

    Miguel Martínez de Lizarrondo Miguel Martínez de Lizarrondo CETM

    Sorpresa y decepción son dos de las acepciones utilizadas por el protagonista de esta entrevista, al valorar las actuaciones de la Dirección General de Tráfico, en cuanto al incumplimiento de normas ya establecidas y compromisos firmados, en materia de cursos de recuperación de puntos, edades para obtención de los permisos de conducción o formación “ADR”, que pueden poner en peligro los esfuerzos realizados por organizaciones empresariales y sindicales. Miguel Martínez de Lizarrondo diserta, además, sobre el futuro de la formación.

    El mes de julio finalizaba con una fuerte controversia con la Dirección General de Tráfico. ¿Cuáles fueron las causas para abrir ese frente entre el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) y esa Dirección General?

    En primer lugar, me gustaría dejar constancia de que la nueva directora general nos parece una persona muy preparada, conocedora y sensible a todos los aspectos relacionados con la formación y la seguridad. Ya dentro de las competencias y trabajos de la propia DGT, somos conscientes de que, al menos en el aspecto formativo interno, tiene un arduo y difícil trabajo por hacer para alejar a la DGT de las polémicas en las que ha estado inmersa durante los últimos años e intentar darle a esta institución la coherencia y la transparencia de la que ha adolecido en anteriores mandatos.

     

    Después del primer contacto mantenido entre María Seguí y el CNTC, muchos pensábamos y esperábamos que las cosas iban a cambiar en la Dirección General de Tráfico y que, por fin, se iban a cumplir con las normas establecidas, los compromisos firmados y que se harían las cosas con confianza, transparencia y coordinación, en miras de la formación y la seguridad, al menos con el sector profesional.

     

    Por esos mismos motivos y tras la última reunión mantenida, nos sorprendió su posicionamiento y actitud frente al cumplimiento de las normas establecidas, europeas y españolas, el respeto a los acuerdos suscritos por el gobierno o su atención a las propuestas emanadas desde otros ministerios, organizaciones empresariales y sindicales.

     

    ¿Quiere usted decir que se ha producido un cambio de posición en Tráfico, totalmente negativo?

    Sin lugar a dudas. En este sentido, nos ha resultado muy decepcionante su cambio de posición, la cual nos obligó a manifestar nuestra disconformidad por sus incompresibles e injustificables posiciones, razones y argumentos que fueron presentados por parte de la DGT, ante diversos temas fundamentales para el desarrollo profesional de nuestro sector y que, en nuestra opinión, pueden poner en peligro gran cantidad de los trabajos y avances alcanzados durante los últimos años, en muchos casos en base a grandes esfuerzos empresariales y sindicales.

     

    La Dirección General de Tráfico es la administración más exigente y rigurosa ante el cumplimiento de las normas, inflexible ante los procesos de recurso y defensa, así como de las más duras en los procedimientos de sanción. Por lo tanto, se le puede y debe exigir un comportamiento similar ante la sociedad cuando tiene que ser ella la que tiene que dar ejemplo y cumplir con lo firmado o establecido.

     

    No estamos valorando opiniones, estamos hablando de cumplir tanto Acuerdos suscritos por el Estado a través de su Consejo de Ministros, en materia de los cursos de recuperación de puntos, como de cumplir lo establecido en Directivas europeas y Decretos nacionales, en cuanto a la adecuación de las edades de obtención de los permisos de Conducción Profesional y, finalmente, de la aplicación, de manera unilateral y en contra de la argumentación y de la experiencia de las organizaciones empresariales y sindicales, de importantes modificaciones relativas a la “Formación ADR”, mediante un proceso, sin duda legal, pero falto de confianza y de transparencia con nuestro sector.

    En mi opinión, es mucho los que se juega el sector y no podemos aceptar estas disfunciones de procedimiento y normativas, por lo que, al menos por parte de la CETM dedicaremos todos los esfuerzos que sean necesarios para conseguir revertir esta situación generada por parte de la DGT y defender los avances conseguidos en la capacitación de nuestros profesionales.

     

     

    Cambiemos de tercio. Estamos pasando tiempos difíciles en todos los sectores. ¿Cómo se están viviendo en el ámbito de la formación?

    De una forma un tanto paradójica. Sí se ha notado el lógico incremento en la demanda por parte de las empresas y los trabajadores por acudir a acciones de formación, pero con mucho menos apoyo y con un enorme descenso en las cuantías económicas necesarias para poder atender, ni tan siquiera las formaciones obligatorias establecidas por la actual normativa y que hace, no solo necesaria, sino inevitable su realización.

     

     

    ¿Qué se debería hacer, a su juicio, para mejorar y salir fortalecidos en esta situación?

    En una crisis con la actual situación, todos los protagonistas que participamos, pero fundamentalmente las administraciones, las asociaciones empresariales y sindicales, deberíamos revisar profundamente lo que estamos haciendo en el terreno de la formación. Esto es producto del olvido generalizado en el que ha estado enclavado el transporte en nuestro país, que nos ha llevado a una falta de especialización, desinterés y acomodo en los estamentos que proponen y gestionan los fondos destinados a la formación profesional, lo que ha generado un exceso de oferta de formación transversal y una enorme carencia en formación específica y especializada.

     

    Todos deberíamos optimizar los escasos recursos que disponemos (financieros, económicos y humanos), por lo que hoy más que nunca, es preciso revisar la formación que las empresas demandan, frente a la que les ofrecemos los centros de formación. En otras palabras, se debería potenciar, financiar e impartir la formación que necesitan las empresas y los trabajadores del sector.

     

     

    ¿Quién debería pilotar este camino para salir reforzados?

     

    Es un trabajo de todos, pero fundamentalmente la responsabilidad es de las empresas y los trabajadores. Cada parte tenemos nuestra cuota de trabajo que hacer. Deberíamos sacar provecho de este “incremento de voluntad” y hacer el esfuerzo por mejorar en el campo de la formación. Ahora más que nunca deberíamos volcarnos en la creación de planes que se orienten al desarrollo de la competitividad de nuestra economía, de nuestro sector y de nuestras empresas. Formación, Competencia y Empleabilidad son conceptos estrechamente ligados e imprescindibles para que nuestro sector pueda salir y progresar en esta difícil situación.

     

     

    ¿Qué papel deberían jugar las Administraciones en este campo?

    Muchos, pero al menos uno fundamental. Los fondos no caen del cielo. No olvidemos que hablamos de fondos que son obtenidos producto de las aportaciones que hacemos las empresas y los trabajadores; en nuestro caso, son fondos recaudados del sector del transporte.

     

    Por lo tanto, deberían poner, y más atendiendo a las limitaciones actualmente existentes, todas las condiciones necesarias (planes, acciones y financiación), en sintonía con las demandas del sector y luego velar (revisar, controlar y sancionar), por que se cumplan todas las condiciones establecidas. La Administración tiene la enorme responsabilidad de gestionar, pero también de defender y potenciar las cosas bien hechas y frenar o eliminar todas aquellas malas o que no aportan valor.

     

    ¿Cómo están colaborando las asociaciones profesionales para definir un Sector mejor?

    Gracias a los esfuerzos, trabajos y negociaciones, realizados durante los último años, por parte de las Asociaciones Profesionales del sector, se han conseguido cambiar muchas cosas durante en el terreno de la formación en el sector del transporte. Aunque no exclusivo, debemos reconocer y destacar el papel vertebrador que han jugado las Asociaciones Profesionales, quienes con recursos muy limitados han trabajado con criterios de eficacia y racionalidad por la capacitación de los profesionales del transporte y la logística. Seguro que todavía nos queda mucho trabajo por hacer, pero, podríamos decir que durante los últimos años se han puesto las bases para conseguir la adecuada profesionalización de este sector.

     

     

    ¿Qué nos ofrece ahora el mercado de la formación al sector del transporte y la logística?

     

    Podríamos considerar que por fin podemos ofrecer todo un diseño curricular. En pocos años hemos pasado de lo poco que se hacía en el campo de la formación de conductores de transporte de mercancías peligrosas, a una profundad capacitación profesional de los empresarios de transporte. Todo ello pasando por la formación de los Consejeros de Seguridad, la Formación Inicial y Continua CAP para los Conductores Profesionales, la formación en Prevención y Seguridad, la utilización de Simuladores, hasta llegar la impartición de una formación superior de gran calidad a través del Master en Dirección y Gestión de Empresas de Transporte y Logística, que se desarrolla con la mejor Escuela de Formación en marketing, como es ESIC, y a una novedosa y exclusiva titulación universitaria, de Grado Europeo, en Ciencias del Transporte y la Logística, en colaboración con la Universidad Camilo José Cela.

     

    Una oferta formativa que se complementa con los avances y formaciones desarrolladas en el campo de los Certificados de Profesionalidad, las Cualificaciones Profesionales y, fundamentalmente con la implantación de los currículos de los ciclos formativos en Técnicos de Grado Medio para los Conductores Profesionales y los Técnicos de Grado Superior en Transporte y Logística.

     

    Por lo tanto, ¿podríamos considerar finalizado al diseño formativo del sector?

    Miguel Martínez de Lizarrondo

    No, ni muchos menos. No sólo para nuestro sector, sino en general para nuestro país, necesitamos conseguir una permeabilidad entre el sistema formativo y el mundo laboral. En otras palabras, tenemos que conseguir vincular y conectar la formación que impartimos con la que necesitan las empresas y el sector.

     

    En este sentido, atendiendo al peso que tiene un sector como el transporte en la economía y en el empleo en nuestro país, es fundamental generar cuanto antes una “Familia Profesional de Transporte”, dentro del Sistema Nacional de la Formación (Catálogo Nacional de Cualificaciones), definiendo un área profesional específica del Transporte por Carretera, dando una adecuada respuesta formativa a un sector del peso económico, social y empleo que representa en nuestro país.

     

    Ya nadie puede dudar que hay una relación directa entre el empleo, el desarrollo económico, la productividad y la competitividad y cómo tenemos capacitado el capital humano. Nuestras posibilidades de mantener y potenciar la participación del transporte en los mercados actuales y futuros pasan inevitablemente por la disposición de personas formadas y motivadas hacia la actividad que desarrollan. Por eso, como decía anteriormente, tendremos que orientarnos a la creación de un auténtico itinerario formativo, innovador e integral, que atraiga y retenga a los jóvenes hacia nuestro sector.

     

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