Es hora de hacer balance. Legislatura terminada y la mitad del año consumido. Es cierto que todo lo que yo pueda opinar sobre la situación del sector de transporte en la actualidad puede caer en saco roto. Al fin y al cabo, ni soy parte activa del mismo -no en su día a día, entiéndame- ni conduzco un camión para saber lo que tengo por delante. Muchos de ustedes sí lo hacen, de alguna u otra manera, y tienen muy claro a todo lo que se enfrentan y se han enfrentado sobre todo desde ese fatídico 2020, cuando el mundo se despertó con una pandemia letal que sesgó millones de vidas.
Pero parece que, hasta ese momento, la mayoría de la sociedad ‘no sabía qué era un camión’, y lo digo con conocimiento de causa. Hasta que no se vieron las carreteras de nuestro país totalmente vacías con la única excepción de las furgonetas y los vehículos pesados circulando por las mismas, poca gente se había preguntado cómo llegaban, por ejemplo, los productos a los lineales de los supermercados. ¿Suena a broma verdad? Pues sí, es difícil de creer, pero a veces pienso que estamos ahí y no se nos ve, o no se nos quiere ver. Juzguen ustedes mismos. El caso es que nunca fallamos, ni en situaciones de emergencia como la vivida en España y el resto del mundo. Y eso que, a nuestros conductores, por no decir palabras malsonantes, poco menos que se les vilipendió. Y no me quiero referir a las pocas conductoras que tiene los ‘arrestos’ de llevar un camión entre sus manos, cuando debería ser algo normal en el siglo XXI.
A todo esto, los que rigen el sector, los que luchan diariamente por defender sus intereses, pusieron un mayor énfasis si cabe en sacar adelante una serie de reivindicaciones que se hacían necesarias para su buen funcionamiento y para que nuestras empresas operaran correctamente sin más pretensiones que ser rentables y poder llegar a fin de mes sin mayores preocupaciones.
Ministerio de Transportes y Comité Nacional, de la mano
En este sentido, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) puso de su parte, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) puso de su parte, e incluso los cargadores -a su manera- pusieron de su parte, de ahí que se hayan conseguido muchas cosas; no todas, porque ya se sabe que en cualquier negociación que se precie las partes ‘enfrentadas’ tienen que ceder algo, pero el balance, tal y como reza este editorial, es positivo.
Desde la CETM se han apresurado a pedir que se respete la agenda que estaba establecida para sacar adelante las cuestiones que están encima de la mesa, sea del ‘color’ que sea el nuevo Gobierno
Estábamos temerosos, en cualquier caso, de que no se prorrogasen los descuentos de los combustibles, pero al cierre de esta edición el Gobierno hizo público que se mantendrán hasta final de año. Cierto es que no en los términos que le gustaría al sector, pero es una buena noticia, al fin y al cabo. Habrá que estar atentos, tal y como aseguró Ovidio de la Roza en la asamblea general de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) celebrada recientemente, de la evolución del precio del gasóleo en las próximas semanas para que esta medida se pueda rectificar en su cuantía (10 céntimos por litro de descuento hasta el 30 de septiembre y 5 céntimos hasta el 31 de diciembre), en caso de que vuelva a subir, como así parece, tras darnos un respiro.
¿El problema? Que estamos en periodo electoral y puede ser que haya nuevos responsables en Transportes, con lo que no sabemos qué va a pasar y si todos los temas que están encima de la mesa podrán seguir su curso en tiempo y forma.
¿Qué va a ocurrir ahora con la Ley de la Cadena de Transporte, o con la llegada de las 44 toneladas, o con la implantación de los peajes, solo por citar algunos asuntos? En cualquier caso, desde la CETM se han apresurado a pedir que se respete la agenda que estaba establecida para sacar adelante todas estas cuestiones, sea del ‘color’ que sea el nuevo Gobierno.
Para finalizar, destacar el éxito sin paliativos que ha tenido el ‘1er Congreso Nacional de la Mujer en el Transporte’, no ya solo por asistencia -lleno hasta la bandera-, sino porque se puso en evidencia que las mujeres quieren formar parte del sector desde ya a todos los niveles y que poco a poco se va a conseguir. Se trata, al fin y al cabo, de una evolución imparable.