La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha nombrado (la última semana del mes de enero) a once altos cargos, entre los que se encuentran Carmen Librero, secretaria general de Transportes y Joaquín del Moral, director general de Transporte Terrestre, quienes sustituyen a José Luis Cachafeiro y Manel Villalante, respectivamente.
No es posible conceder margen alguno –los típicos cien días de rigor- para que “estudien” la situación y problemática de sus departamentos; deben escuchar al Sector inmediatamente y dilucidar con él qué medidas urgentes se deben adoptar. El tiempo apremia porque la coyuntura no puede ser más dramática. La situación de impotencia, desánimo y desesperación entre nuestros empresarios de transporte atañe a todo tipo de empresas, sin distingos por su especialidad o zona de actividad.
Sólo el transporte “internacional” es capaz, por el momento, de salvar los muebles. El “sondeo de opinión” que publicamos en el número 311 de Febrero 2012 de la revista Transporte Profesional, realizado entre una veintena de empresarios de transporte, entre los que se encuentran presidentes de asociaciones provinciales y nacionales, además de varios secretarios generales, no deja lugar a dudas sobre las preocupaciones más urgentes.
Hablamos, cómo no, de precios, de morosidad, de fiscalidad, y también de financiación, de centenares de empresas que abandonan la actividad, de miles de vehículos en el dique seco. Les emplazo a que lean con detenimiento las opiniones de nuestros entrevistados, un reflejo bastante fiel, a mi entender, de la realidad cotidiana que viven nuestros empresarios, quienes, además, también opinan sobre el comportamiento de las administraciones, locales y nacional.
Y éste es, precisamente, uno los temas que más preocupan al sector, porque el transporte parece, a priori, el gran olvidado en las grandes líneas de la política no sólo de Fomento, sino de otros departamentos ministeriales con competencias en nuestra actividad.
Por ello es interesante destacar las conclusiones de la última Junta Directiva de CONETRANS, en las que se exige la adopción de medidas urgentes al Gobierno y con especial incidencia, a Fomento y a las Comunidades Autónomas. Ya sabemos que la reducción del déficit es prioritaria, lo que conlleva inevitablemente a una política fiscal basada en la recaudación, en la subida de impuestos y la adopción de nuevos epígrafes impositivos.
Pero el Gobierno y las CCAA deberían ser conscientes, también, de que ahogar al transporte no es la mejor manera de luchar contra la atonía del consumo, pues el incremento de tasas repercutirá a la postre en un incremento de los precios, amén de reducir drásticamente la competitividad de nuestras empresas. Urge eximir al transporte del denominado “céntimo sanitario”, en todas las CCAA, donde ya existen no pocos agravios comparativos, máxime cuando el transportista ha dejado de percibir en casi su totalidad el gasóleo profesional, desde el pasado mes de enero.
"El transporte parece, a priori, el gran olvidado
en las grandes líneas de la política no sólo de Fomento"
Pero tenemos otros frentes pendientes, como el “normativo”. No puede dilatarse más la reforma de la LOTT y su Reglamento, así como la inmediata publicación del Baremo Sancionador. Igual de urgente y necesaria es la reforma de la Ley de Contrato de Transporte, relativa a ala cláusula de revisión del precio del transporte en función del coste del combustible, además de implantar el pago (obligatorio y sin cláusula de “pacto en contrario”) a los 30 días, dos temas sobre los que no ha habido acuerdo con los cargadores.
La austeridad gubernamental y de las administraciones autonómicas y locales debe empezar por ellas mismas, porque sus planes no deben poner contra las cuerdas al sector y amenazar su existencia. Nos referimos a las ayudas para el abandono de la actividad y la formación, en sus diversos ámbitos, que deben –junto a otras como I+D, internacionalización, etc.- ser tenidas en cuenta al elaborar los nuevos Presupuestos Generales del Estado.
"El Gobierno y las CCAA deberían ser conscientes de que ahogar al transporte no es la mejor manera de luchar contra
la atonía del consumo"
Es la hora del Ministerio de Fomento, quien, como ministerio tutelar de nuestro sector, debe velar por su supervivencia. El tiempo apremia y ya no hay margen. Muchas empresas mueren cada día.