Demasiados frentes para un sector castigado por una crisis brutal, al que por un lado se le califica de “estratégico” y, por otro, se le castiga, no solo con la indiferencia, apartándolo de la negociación y el consenso (la iniciativa de Tráfico con las 44 Tm es un ejemplo), sino con la vara de la fiscalidad, directa, indirecta y de “terceros”, como las presiones que sin pausa ni descanso ejercen sobre los poderes públicos los lobbies de la construcción y concesionarios de autopistas para implantar nuevos peajes, léase Euroviñeta.
De otro lado, los intereses de algunos departamentos de nuestra Administración, como la Oficina Económica de Moncloa o Economía y Hacienda, en su intento sin duda loable de incrementar la productividad y competitividad de nuestra economía nacional, parecen ir en dirección opuesta a la política empresarial de nuestro sector. Normativas en ciernes, como la Unidad de Mercado o la de Emprendedores excluyen de forma tácita al transporte de mercancías por carretera, en lo que a todas luces parece una liberalización encubierta y sin medida.
Los cargadores, por su lado, tampoco han estado ociosos (hacen su trabajo) en su intento de modificar al alza pesos y dimensiones sin contrapartidas claras. Mientras, miles de empresas han desparecido este año, donde se han coaligado factores como la caída del consumo interno, el cierre total del grifo de la financiación, precios del transporte imposibles, competencia desleal, “falsas cooperativas” y una morosidad que continúa haciendo estragos, además –quiero citarlo expresamente- de la proliferación de robos a personas y bienes.
Este año hemos aprendido una palabra nueva: ultraactividad. Un concepto que sirve para definir la situación en que se encontraban los convenios colectivos vencidos y denunciados mientras estaban siendo renegociados, cuyo plazo de caducidad expiró el pasado 8 de julio. Intensas han sido las negociaciones con las centrales sindicales, y es que las diferencias tan abismales entre los diferentes convenios provinciales invitan a alcanzar un acuerdo para homogeneizar un sinfín de variables: la cuadratura del círculo, sí, pero quizás no imposible.
Pero también en 2013 hemos tenido oportunidad para una mínima relajación, tras las duras batallas mantenidas con Fomento y los partidos políticos para sacar adelante una LOTT que, en su conjunto, es positiva para el sector. Ahí están la “acción directa”, la responsabilidad objetiva del conductor y la reducción de las cuantías de las multas en el Baremo Sancionador, entre otros objetivos conseguidos.
Conjurado, por el momento, el impresentable segundo “borrador” de Orden Ministerial de la Dirección General de Tráfico (recuerden: 44 Tm con tres ejes en la tractora), solo cabe confiar en la promesa de Fomento de que no se producirá modificación al respecto sin consulta y aprobación previa por el sector, aunque lo justo es armonizar la normativa a nivel europeo. Lo de Cataluña es otra historia.
Que la Unión Europea es un desastre no es noticia, pues de todos es sabido que su política parece ir en contra de los intereses del sector, apoyando de forma injustificada a otros modos. Sin embargo, el Tribunal de Justicia Europeo está a punto de dar la razón a los transportistas, pues todo hace prever que condenará al Gobierno español a devolver (ya veremos cuánto y cómo) lo ilegalmente cobrado, a costa del “céntimo sanitario”. Dice el Abogado general de la UE que el Gobierno conocía los riesgos y, sin embargo, ha mantenido el impuesto de forma deliberada.
Me cuentan que España es el país de la UE que más pleitos pone y que en Luxemburgo están “hartos” de sus tropelías. Pues que paguen. Quiero hacer referencia, por último, a la multimodalidad y a las oportunidades que ésta ofrece, así como al Plan de Estrategia Logística presentado por Fomento, que ha merecido un “aprobado”, por parte de nuestra Confederación y de CETM Multimodal, al recoger no pocas de sus peticiones.
Un paso importante para que la carretera lidere el transporte multimodal, en sintonía y colaboración con otros modos. Sí, 2013 no ha sido un buen año, pero ha habido luces en la oscuridad. Les deseo que en 2014 puedan, por fin, respirar. Feliz Año y hasta siempre.