
“Al adquirir vehículos propulsados por GNL, uno de los principales motivos fue la preocupación medioambiental que, evidentemente tiene que estar respaldada también por un motivo económico. Gracias a la fiabilidad que demuestra el vehículo, en un plazo de dos años y medio o tres, la inversión debería estar amortizada y, a partir de ahí, todo sería ahorrar”, afirma Jesús Galindo, manager de Transordizia.
Transordizia cuenta con una flota de 125 vehículos y ya decidió apostar por el GNL como combustible en 2014.
La empresa de transporte tiene previsto seguir incorporando vehículos GNL a su flota ya que “creemos que el único combustible ahora mismo para la larga distancia que ser puede convertir en una alternativa respecto al diésel”, comenta Jesús.