Actualmente el uso de vehículos propulsados por gas natural representa una inversión de gran importancia social, pero también una ventaja económica para los operadores. Una de las principales ventajas de la tecnología LNG es que asegura una alta autonomía, que puede alcanzar hasta 750 km.
Además de las ventajas en términos de reducción de emisiones, que ya garantiza la tecnología CNG (Gas Natural Comprimido), el sistema LNG permite también una reducción de peso en vacío, lo que conlleva un aumento en la capacidad de carga. Para trabajos de distribución regional se ha estimado que es posible un ahorro de hasta 10.000 euros, en comparación con un vehículo de motor Diesel tradicional, sobre una distancia de, aproximadamente, 40.000 km al año. En la recogida de basura y trabajos de reciclado se calcula que el ahorro puede ser de hasta 20.000 euros al año.
En vehículos que utilizan tecnología GNC el metano es almacenado en forma de gas en tanques de acero a una presión de 200 bares. En los vehículos de tecnología LNG, el gas natural licuado se almacena en forma líquida a -125ºC, en tanques criogénicos y alimenta al motor como gas natural en estado gaseoso, tras haber sido calentado en un intercambiador de calor.
Los modelos Iveco Stralis LNG estarán disponibles más adelante también en versiones de 2 y 3 ejes rígidos, para trabajos urbanos y de alcance medio, con una transmisión manual de 16 velocidades y retardador hidráulico. Asimismo también pueden encargarse vehículos con transmisión automática de 6 velocidades con convertidor de par hidráulico y retardador integrado. El motor de gas natural Cursor 8 cumple con la normativa de emisiones Euro VI que entrará en vigor en 2014.
Los vehículos comerciales de Iveco impulsados por gas natural ya pueden utilizar bio-metano, una de las fuentes de energía renovables con las mejores credenciales en términos de reducción de emisiones de CO2.