
El iJAC 7.5T es el vehículo perfecto para mejorar la eficiencia, la sostenibilidad y la rentabilidad de sus flotas. JAC Motors, fundada en China en la década de los 60, está participada por el Grupo Volkswagen (el cuál adquirió el 50% en 2017 y aumentó al 75% su inversión en la división de vehículos eléctricos en 2021).
Si bien produce toda la gama de vehículos desde turismos hasta camiones de gran tonelaje, JAC está especializada en vehículos industriales y es pionera en camiones eléctricos en los que trabaja desde hace 20 años. Este gigante produce más de 300.000 camiones al año, un enorme volumen si consideramos que en España se venden en torno a 20.000 al año.
Con una autonomía superior a los 230 kilómetros, el iJAC 7.5 admite todo tipo de carrozados, desde sencillas cajas de paquetería, volquetes o botelleros hasta grúas, frigoríficos, compactadoras o blindados
Operativo en España desde 2022
En una apuesta estratégica con foco en la electrificación y la tecnología, JAC Motors Iberia inició sus operaciones en España a mediados de 2022, generando gran expectativa y una sorprendente acogida entre los operadores del sector.
Con una autonomía superior a los 230 kilómetros, el iJAC 7.5 admite todo tipo de carrozados, desde sencillas cajas de paquetería, volquetes o botelleros hasta grúas, frigoríficos, compactadoras o blindados. Entre los primeros clientes se encuentran importantes ayuntamientos, multinacionales, y pequeñas o medianas empresas de reparto.
Según los cálculos de JAC Motors Iberia, un camión iJAC 7.5 podría suponer en torno a 20Tn de CO2 ahorradas al año con respecto a su equivalente de combustión. Por ello la marca se postula como la solución indiscutible para poner la viabilidad económica y la sostenibilidad en el centro de la movilidad urbana, así como para cumplir con la visión de la marca para hacer de nuestras ciudades lugares más seguros, silenciosos y saludables.
La llegada de JAC Motors supone un cambio de paradigma para el sector, con un vehículo sensiblemente más barato que cualquier otro con características o pretensiones similares, y unos plazos de entrega imbatibles que rondan los tres meses. Además, estos camiones presentan hasta un 50% menos de mantenimiento, averías e incidencias que los vehículos diésel, lo que tiene una repercusión directa en el coste total de propiedad del vehículo.