Los transportistas del carbón gallegos llevan parados ya más de cuatro meses. No hay trabajo porque la central térmica no funciona, a pesar de que sus almacenes están repletos de este mineral, al igual que las instalaciones del puerto de El Ferrol. Además de los propios transportistas, cerca de 400 trabajadores dedicados a servicios auxiliares y de reparación de la central se encuentran sin actividad. Un dato curioso, que contrasta con las fuertes inversiones que Endesa está realizando en la central que, según datos aportados por los transportistas, pueden ascender a 250 millones de euros.
Precisamente uno de los trabajos a realizar por estos trabajadores es el montaje de equipos destinados a reducir el azufre, la sulfuración, como dice José Manuel Bouza, presidente del Colectivo de Transporte de Carbón de la central.
El quid de la cuestión, como señala Bouza, tiene que ver con las emisiones de materias contaminantes a la atmósfera que emiten las térmicas, sobre todo de CO2. Es sabido que las empresas intercambian la producción de emisiones por dinero, es decir, compran los derechos de emisión a empresas menos contaminantes, al objeto de incrementar las toneladas de CO2 para emitir a la atmósfera que tienen de cupo.
Pero, al parecer, como nos informa Bouza, un fondo de inversión norteamericano ha comprado una importante cantidad de estos derechos a diferentes compañías, y los está revendiendo a precios desorbitados, de forma que, si antes el incremento del precio de la tonelada subía hasta un 4% al año, ahora este fondo los ha incrementado hasta el 28%, con lo cual, los costes del comprador (la térmica, en este caso) se disparan.
Inversiones millonarias para nada
José Manuel Bouza hace hincapié en las inversiones que han realizado los transportistas en la adquisición de nuevos vehículos, con potencias de hasta 500 CV, necesarias para efectuar el recorrido de 40 kilómetros desde el puerto de El Ferrol hasta la central térmica, pues se trata de una pendiente continua y los camiones llevan hasta 27 toneladas de carbón en cada viaje. Normalmente, transportábamos unas 20.000 toneladas diarias, utilizando bañeras aligeradas, cuyo peso no sobrepasa los 5.000 kilos. Tenemos un contrato en vigor con una empresa intermediaria que trabaja para Endesa, pero, en estos momentos, estamos parados.
Un futuro incierto
Bouza no ve claro el futuro de los miembros de la asociación. Vamos a seguir en la lucha, con nuestros camiones, hasta que obtengamos una solución por parte de la Administración. En Madrid nos han dicho que no pueden hacer nada mientras no se configure el nuevo Gobierno, y la Xunta de Galicia nos ha mostrado su apoyo, pero el tema depende, en último extremo, del Ministerio de Transición Ecológica. En el supuesto de que, finalmente, se decida cerrar esta térmica, solo podríamos utilizar nuestros vehículos en el transporte de cereal. No se trata de quitar el trabajo a otros transportistas que ya lo están haciendo porque, además, tendríamos que tirar los precios para conseguir el trabajo. Y, mientras, nuestra gente está pasando muchas dificultades para pagar letras.
Los transportistas gallegos del carbón, un colectivo de más de 200 empresas de las que dependen unas 500 personas, han realizado importantes inversiones en vehículos menos contaminantes para el abastecimiento de carbón de la central térmica de As Pontes. De hecho, han tenido que desembolsar, según Fegatramer, más de cinco millones de euros, además de adaptarse al plan de inversiones diseñado por Endesa-As Pontes (quien, por otra parte, ha obtenido las autorizaciones necesarias para seguir con su actividad para limitar las emisiones contaminantes). Ahora, la zona en general y el transporte en particular, ve paralizada la actividad sin ningún aviso ni explicación, aseguran en Fegatramer.
Pero ¿por qué Endesa ha decidido paralizar la actividad y dejar el trabajo en el aire? Al parecer, la razón está en el alto coste que debe pagar la eléctrica por las emisiones. No obstante, mientras Endesa está paralizada, se compra electricidad a otros países proveniente de otras centrales térmicas, pero que pueden permitirse la compra de cuota de CO2, por tener un menor coste por disponer de mano de obra muy barata o ser productores de carbón.
Esta situación (calificada por Fegatramer de gravísima), que ahora afecta al subsector del transporte de carbón, se teme que a medio plazo, se vea afectado el transporte en su conjunto, al aumentar la presión a la baja sobre los precios del transporte en otros subsectores, donde terminarán incidiendo estos vehículos desocupados.
Reuniones varias
Una de las primeras administraciones que han recibido a los transportistas afectados ha sido la Xunta de Galicia. La consejera de Infraestructuras y Movilidad, Ethel Vázquez, y el consejero de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde, han mantenido varias reuniones con los representantes del colectivo de transportistas del carbón de As Pontes, que estuvieron acompañados por el presidente y el secretario de la Federación Gallega de Transportes, Ramón Alonso y Carlos García Cumplido, respectivamente.
Durante la reunión, ambos políticos garantizaron la máxima firmeza en la defensa ante el Gobierno central de una transición energética planificada, consensuada y que tenga en cuenta el futuro de la actividad y el empleo asociados a las centrales térmicas. Tras reunirse con los trabajadores del transporte afectados por la falta de actividad en las instalaciones de Endesa en As Pontes, la administración autonómica ha asegurado que seguirán manteniendo una interlocución permanente con este colectivo para exigir que se mantengan todos los puestos de trabajo. Además, la Xunta ha avanzado que se dirigirá al Gobierno de España para demandar que se estudien e impulsen medidas concretas para acompañar al sector de la energía térmica.
Los representantes del gobierno gallego y de los trabajadores del transporte del carbón han coincidido en manifestar su preocupación por las consecuencias que está generando la continua improvisación del Ejecutivo en sus políticas energéticas, que responden, además, a las decisiones unilaterales y sin diálogo con el resto de las administraciones públicas y con los sectores productivos y de empleo directamente afectados.
Los consejeros de Movilidad e Industria (los que tienen las competencias en la materia) han trasladado la preocupación de la Xunta por esta situación y por el hecho de que el Gobierno de España no les traslade información sobre sus previsiones de actuación con relación a la transición energética y, en concreto, con el futuro de las centrales térmicas en Galicia.
Los transportistas quisieron dejar claro en las reuniones que cerca de 200 profesionales llevan meses de inactividad y que, en la reunión en Madrid, los representantes del Ministerio de Transición Ecológica no ofrecieron ninguna solución al problema, más allá de la propuesta de creación de una comisión.
Quién lidera la movilización
José Manuel Bouza, Cholo, como le conoce todo el mundo, es el presidente de la Asociación de Transportistas del Carbón en As Pontes de García Rodríguez (La Coruña), y miembro de la junta directiva de Fegatramer. Bouza fue el organizador de la marcha de 157 camiones desde esta localidad hasta Madrid, el pasado 8 de julio. La Guardia Civil paró los vehículos a 25 kilómetros de la capital, obligándoles a estacionar en el área de servicio de La Atalaya, en la M-50. Los conductores no se arredraron y alquilaron unos autobuses para viajar hasta el ministerio de Transición Energética, con el objeto de entrevistarse con la ministra Teresa Ribera.
Esta asociación agrupa a 70 empresas que cuentan con un parque de 300 camiones, la mitad de ellos, dedicados al transporte de carbón, fundamentalmente desde el puerto de El Ferrol hasta la central térmica que Endesa tiene en As Pontes.
Movilizaciones en Galicia y marcha a Madrid
La Federación Gallega de Transporte de Mercancías, en colaboración con la Asociación de Transportistas del Carbón en As Pontes, ha convocado al sector a movilizarse para apoyar a los conductores afectados por el parón de la actividad en la central térmica, propiedad de Endesa.
El 8 de julio se convocó una concentración de camiones que partió de As Pontes, con dirección a El Ferrol y Santiago de Compostela, pasando por Vigo, Orense y finalizando en Lugo.
Un día después, el 9 de julio, la movilización partió de Lugo para dirigirse a Madrid por la A-6, con llegada prevista al mediodía a la capital y traslado a Nuevos Ministerios, sede del Ministerio de Transición Ecológica.
FETRACAL apoya el transporte gallego de carbón
La Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera de Castilla y León (FETRACAL) ha mostrado su respaldo a los transportistas gallegos del carbón que se han movilizado ante la paralización del sector por el cierre de las centrales térmicas. En Castilla y León, cerca de 300 empresas trabajan en el transporte de este mineral.
Hace un año, FETRACAL, junto a las asociaciones gallega, aragonesa y asturiana, expresó su "profunda preocupación" ante la posición favorable, por parte de miembros del Gobierno central, a la descarbonización del sector energético y la supresión de las plantas térmicas en España.
El transporte de la región donde la central térmica está paralizada ha realizado inversiones por más de cinco millones de euros en vehículos y remolques adaptados a la actividad y se ha adaptado al plan de inversiones diseñado por Endesa.
La federación castellanoleonesa ha vuelto a reclamar que "antes de tomar medidas que impliquen el cierre de las centrales térmicas, valoren todas las consecuencias para todos los sectores afectados, que se tengan en cuenta los miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, que se perderían y el daño social y económico que provocaría en unas comunidades autónomas con problemas laborales".
Revista Transporte Profesional