Desde Fegatramer se afirma que "los tres requisitos básicos, siendo mejorables (sobre todo en su procedimiento y constatación) y adaptables a la realidad de hoy en día, son entendibles, porque se trata de que para ser empresario de transportes se exija tener una formación mínima en la materia y el título correspondiente y que, en principio, se constate que el candidato es una persona honesta y legal y con unos recursos mínimos para comenzar la actividad que garanticen la viabilidad del proyecto, por lo que aceptamos la necesidad de mejorar y actualizar dichos requisitos".
Sobre el requisito específico de acceder al mercado con, al menos, tres vehículos, Fegatramer considera que hay que analizar la estructura del sector del transporte en España, las características de las empresas de transporte y su mercado de actividad. "Por eso, la posible supresión del requisito de los tres camiones para acceder al mercado del transporte sería devastador".
Segun la federación gallega, "en España no se dan las condiciones para que esto suceda, entre otras cosas, porque la estructura empresarial de las empresas de transporte público de mercancías por carretera aún sigue siendo muy pequeña. En Galicia, de las 4.412 empresas de transporte público pesado, unas 2.200 tienen un solo vehículo, siendo la media de 3,44 vehículos por empresa. Esta situación viene limitando la capacidad de actividad de estas empresas en un mercado muy competitivo, exigente y globalizado. Esto ha llevado a que gran parte del tejido empresarial esté supeditado a las decisiones y condiciones de las empresas cargadoras y de los grandes operadores, muchos de ellos, extranjeros".
Otro problema añadido, para Fegatramer, es que "en el sector del transporte aún perviven presiones fiscales distintas, algo que no sucede en otros países, lo que complica aún más la situación".
Según la federación, "una cosa es liberalizar y otra bien distinta es desregularizar, es decir, hacer desaparecer unos requisitos mínimos que aseguren la profesionalidad y viabilidad financiera a las empresas y al propio sector, con lo que lo condenaríamos a muerte, y a caer en manos de cargadores y grandes intermediarios. Por lo tanto, debemos aspirar a que la Administración garantice el libre mercado y la competencia pero, al mismo tiempo, la igualdad de oportunidades y la posibilidad de coexistir dignamente en el mercado del transporte público de mercancías por carretera de nuestro país los autónomos y las pymes de transporte, junto a las grandes empresas, a los operadores y a los cargadores".